9/27/2006

EL COLECCIONISTA DE ESQUELAS



Los periódicos publicarán mañana mi esquela en la edición vespertina, en las páginas centrales, junto al resto de fallecidos hoy. Pese a mi larga experiencia en el género, se me hace raro redactar las palabras de mi propia defunción. Desde que publicaron tu obituario en la sección de sucesos del diario no he parado de coleccionar esquelas. La mía será el último cromo del macabro álbum en el que convertí mi vida cuando dejaste este mundo entre mis manos. Dicen que la cercanía con la muerte te ayuda a alejar el fantasma del miedo. Recorto el trozo de papel cuidadosamente, siguiendo el borde negro del fino recuadro con las tijeras, y las pego en las paredes de la celda. Los funcionarios las arrancaban con rabia al principio, pero mis abogados lograron varios privilegios destinados tan sólo a los reos condenados a la pena capital. He empapelado mi pequeño entorno en blanco y negro, con esas cruces y palabras de despedida. Toco las juntas de los papeles con la yema de mis dedos y aspiro profundamente el olor a la cola de carpintero en un vano intento de colocarme. La tuya la tengo enmarcada, sobre mi mesa, a modo de penitencia. La miro cada día desde hace 20 años, y leo el mensaje de tus hijos, escrito en cursiva: A Mary, una madre modelo, un ser irrepetible, con todo nuestro amor. Siempre tuyos. Anne y Peter.
Ya vienen a buscarme. Si hoy no puedo despedirme de vosotros a través de la mampara, al menos sé que podréis leer mis últimas palabras: A Anne y Peter, unos hijos modelo, unos seres irrepetibles, con todo mi amor, lo siento. Vuestro padre, John.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno Manu. Me ha gustado mucho. Se puede hacer un corto con algo de voz en off.

Anónimo dijo...

me gustó mucho. hace rato que quiero hacer lo mismo que tú... ya sabes, tener un blog, escribir algo que valga la pena...
pero estoy en blanco y ademas no se me ocurre un seudonimo...