Extracto del prólogo que Víctor Lorenzo Cinca ha escrito para el libro "Zum, ciento y pico novelas a escala", de Manu Espada, libro de microrrelatos que publicó en 2011 en la editorial Paréntesis y que Talentura reeditará este trimestre:
Gran plano general con travelling lateral lento. En el horizonte, a lo lejos, se divisa un pequeño punto centelleante, un algo que asoma con timidez, que parece reclamar nuestra atención en medio de una oscura masa homogénea. Detenemos la cámara y accionamos el zum para aproximarnos a gran velocidad, diluyendo y emborronando el paisaje en los márgenes, hasta alcanzar un plano de conjunto, más cercano, menos ruidoso. Y advertimos que ese algo es ya un alguien. Y en ese alguien reconocemos a Manu Espada.
Aun estando un tanto borroso, lo primero que apreciamos -en dos de los sentidos de la palabra- es su faceta de bloguero. «La espada oxidada», su bitácora personal, fue uno de los blogs de microrrelatos más constantes y activos durante la época dorada que vivió el género en la red y también el lugar donde se gestaron y dieron a conocer la gran mayoría de los textos que componen este volumen. Para la llamada Generación Blogger, «La espada oxidada» supuso un punto de encuentro, una pequeña escuela, un taller literario, un catálogo y muestrario de minúsculos destellos.
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Mediante un plano americano, por encima de las rodillas, descubrimos que sostiene un libro en sus manos. El mismo que sostienes tú ahora.
Accionamos más el zum hasta conseguir un plano de detalle del ejemplar, y gracias a una oportuna ráfaga de viento, sus páginas pasan una detrás de otra. Escrutamos, pues, sus costuras, su interlineado, sus entrañas. Destaca, en primer lugar, la habilidad con la elipsis, ajustándose a la máxima de menos es más o a la teoría del iceberg. No todo se debe explicar porque estas minúsculas historias, como buenos microrrelatos que son, exigen la existencia de un lector activo, que participe en el hecho literario, que lea entre líneas, que relacione ideas, neuronas, que cierre el relato, que lo agrande, que lo reescriba. Un lector implicado, como por ejemplo tú.
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Continúa el plano de detalle del libro. Las páginas van pasando. Una, otra, otra, otra más... Y ese es otro de los muchos méritos de este libro, la gran cantidad y variedad de historias distintas que contiene, demostración de la gran capacidad fabuladora de Manu Espada. Ciento y pico novelas a escala, pero novelas al fin y al cabo, que se amplían, crecen hasta desbordarse cuando nos acercamos a ellas, cuando accionamos el zum. No es casualidad, pues, que Manu Espada fuese incluido en la antología de Irene Andres-Suárez, una de las más importantes y prestigiosas de este género.
La ráfaga de viento hace que al fin lleguemos a la página de créditos, esa que habrás pasado sin apenas detener en ella tus ojos, y adviertas que se trata de una reedición. Una segunda oportunidad. Un acto de justicia poética. Y para que compruebes por qué este libro merece resurgir de sus cenizas y volver a alzar el vuelo, un zum inverso se aleja con lentitud hasta volver al gran plano general, con ese punto centelleante que reclama tu atención, esperándote al otro lado de la página.
Víctor Lorenzo Cinca (Balaguer, 1980) es licenciado en Filología Hispánica y profesor de Lengua y Literatura en secundaria. Ha publicado sus microrrelatos en distintas revistas y antologías. Es cofundador de la Internacional Microcuentista, revista digital especializada en el microrrelato. Mantiene un blog de creación literaria, «Realidades Para Lelos». Cambio de rasante (Enkuadres, 2015) es su primer libro de microrrelatos en solitario.