(Cita del temario del máster)
En realidad, el máster en autismo ya lo tenía, la
vida me lo dio gratis porque se cruzó en mi camino y se vino a vivir a casa. Ahora
simplemente tengo un título universitario que me reconoce de manera oficial “Experto
en el Trastorno del Espectro Autista”. Ha sido un año en el que aparte de los
madrugones diarios a las cinco de la mañana, el duro quehacer diario en la
redacción con estas segundas elecciones generales, el trabajo constante en casa
con Daniel y las idas y venidas a la piscina y al fútbol, he podido acabar de
escribir un libro que tenía pendiente, un manual de escritura creativa que se publicará
seguramente en octubre, y además, he sacado tiempo de debajo de las piedras
para estudiar un máster que me ha enseñado muchas cosas. Asuntos relacionados con un trastorno al que ahora puedo reconocer con tan sólo mirarlo de reojo.
Nos conocemos muy bien el uno al otro. En el máster, todos mis compañeros eran
terapeutas profesionales, y aunque en horas de prácticas quizá les supero, he
podido aprender mucho de todos ellos. Para mí, el año se acaba con el curso y
comienza de nuevo en septiembre. Es hora de hacer balance. Y aunque ha sido un
año agotador, ha merecido mucho la pena. Daniel pasa a primaria en la media
académica de su clase, he sacado tiempo de debajo de las piedras para volver a
estudiar (aunque lo de volver a examinarme 20 años después ha sido duro), “Personajes
secundarios” ha tenido un año magnífico en el que casi se agota toda la edición, he conocido a gente maravillosa que ha venido para quedarse, he tenido la suerte de entrevistar a todos los líderes políticos que se presentan como candidatos a estas elecciones históricas en la que han cambiado tantas cosas, y
al fin, “Las herramientas del microrrelato” verán la luz con la nueva
temporada y es muy posible que lo hagan en México. Y con Talentura, editorial a la que me une ya mucho más que la amistad con Mariano, sino toda una trayectoria vital. Y durante esa temporada que se avecina tampoco descansaremos mucho.
Ya tendremos tiempo para descansar. Es hora de seguir con el tango. A vuelta de la esquina… la novela. El
balance: Feliz de la vida.