Foto: Manu
Aquella lluviosa mañana de caminata por las calles de París creí ver a una mujer que había salido en mis sueños. Me acerqué y estaba allí, en el lienzo de un pintor que jugaba al ajedrez mucho peor de lo que dibujaba. Me estaba mirando. Volvió a aparecerse la otra noche a través de la ventana mientras leía un relato de Quim Monzó. Se enrocó con la torre del edificio de al lado y volvió a desaparecer entre el parpadeo fucsia de los neones madrileños que prohibirá en breve Gallardón.
1 comentario:
Muchas veces aquellas personas que alguna vez vimos en sueños llegan a nuestras vidas, asi como una mirada mágica a lo que vendra, con mi pareja nos conocimos en sueños..aunque cueste creer.
Saludos
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