Este comienzo de
temporada fue duro en lo profesional, se acercan las elecciones y todos los
candidatos quieren su hueco en la tele, por lo que me ha tocado echar unas cuantas
horas de más. Como contrapartida he podido hacer unas extensas e interesantes
entrevistas a los cinco hombres más buscados del momento: Mariano Rajoy, Pedro
Sánchez, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Aunque agotador, ha
merecido la pena vivir en primera persona este momento político histórico en el
que tantas cosas pueden cambiar en este país, aunque sea en las formas de hacer
política. Eso en lo periodístico. En lo literario, aunque he tenido la
tentación de regalar un ejemplar de “Personajes secundarios” a cada candidato,
he resistido ese impulso y he reservado los ejemplares que me quedaban para los
amigos, todos esos que han estado siempre a mi lado. Vosotros sabéis quiénes
sois. El recorrido del libro parece estar llegando a su fin, pero ha tenido una
larga y extensa carrera con reseñas y entrevistas en todo tipo de medios y de
webs. Además, el libro me ha regalado un gran momento, porque el hecho de
compartir caseta en la Feria del Libro con Fernando Arrabal no tiene precio.
Pero aquí no acaba todo, porque el libro “Sólo con hielo” (Talentura) de mi
amiga Silvia Fernández ha sido elegido uno de los diez finalistas del Setenil,
igual que el libro de mi también amigo, el investigador del hospital Niño Jesús,
Alberto García Salido, que ha llegado a la final con “Demasiada roca solitaria”
(Adeshoras). Suerte a ambos. Esperamos ansiosos al fallo.
Por último, me ha
impactado la muerte a los 44 años del periodista de “La Voz de Galicia” Nacho
Mirás, que iba contando en su blog con un gran sentido del humor y una
increíble manera de asumir ese camino hacia el final de la vida su lucha contra
el cáncer. Más me ha impactado aún leer el primer post de su blog, publicado
unos dos años antes de enfermar. Se titula “Prioridades”, y después de lo que
le ha pasado cobra más fuerza todavía. La felicidad está en las pequeñas cosas. Cuestión de prioridades.
PRIORIDADES
De toda la jornada de
hoy, lo único que ha valido la pena ha sido llegar a casa y que mis hijos se me
hayan echado encima como si Justin Bieber hubiese entrado confundido en el
instituto de Pontepedriña. Ellos son mis fans pequeñitos y yo, cuando entro por
la puerta, soy su number one. El Rey. El Mesías. Dios. ¡Un canguro, papá, un
canguro!, me dijo el pequeño. Y yo me abrí la chaqueta, lo metí dentro, cerré
la cremallera dejándole solo la cabeza a la vista y saltamos juntos por el
pasillo. Después hice lo mismo con su hermana, que cabe peor pero que todavía
tiene acomodo en la bolsa marsupial de un padre XL. Ya en la cama, les leí los
cuentos, los abrevé con agua del grifo, repartí besos y los arropé. Todo el
proceso no duró más de veinte minutos apurados. Pero me han aportado mucho más
que todas las horas que me he pasado hoy sin verlos. No he llegado a la cena ni
al cepillado de dientes, y eso no debería volver a ocurrir. Es más, no va a
volver a ocurrir salvo cataclismo. Los padres que se pierden por sistema las
cenas de sus hijos corren serio riesgo de cenar un día con unos desconocidos
que llevan su apellido y que viven de su dinero. Yo desconfío por sistema de
quien, con obligaciones semejantes, se marca prioridades diferentes, lejanas,
absurdas. Ni se imaginan lo enorme que es convertirse en un canguro con
cremallera. Se llama felicidad. Y de eso se trata.
1 comentario:
¡Muchas gracias por la mención, Manu! Es gratificante ser tu amiga y que te acuerdes de mí en este momento tan importante. Un beso
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