2/21/2011

LAS BANDAS SONORAS DE MI VIDA


Todo empezó el día que le pedí salir a Mildred Ratched. Una música de piano que interpretaba “Love Story” brotó de la nada. Mildred me dio un “no, Jack” categórico por respuesta y dos acordes de tensión (chan-chán) resquebrajaron la anterior melodía. De regreso, derrotado por el desamor y compungido por la más honda de las penas, comenzó a sonar el tema principal de “La lista de Schindler”. Los violines (nianonionaniano) provocaron mi llanto. Ante tanta desgracia, apuntalada por la doliente partitura de John Williams, comencé a correr despavorido, y la banda sonora de “Carros de fuego” acompañó mis zancadas. Los Nitzsche nunca hemos soportado a Vangelis (cosas de familia), así que frené en seco, resbalando sobre unos granos de arena. Un efecto sonoro de dibujo animado parecido al de “Los Picapiedra” acompasó mi traspié. Desde entonces, cada minuto de mi vida está acompañado de una banda sonora, como en las películas. Incluso en los momentos más anodinos aparece un hilo musical similar al que las compañías telefónicas te ponen cuando estás a la espera. Con el sexo nunca se sabe, depende mucho de la pareja. Puede sonar algo de Barry White, “La cabalgata de las walkirias”, un tema psicodélico (duduá) de los años 70, el repertorio completo de “Dos tontos muy tontos” o incluso algo de terror psicológico al estilo de “El resplandor”. En cambio, con el onanismo es diferente, casi siempre sale un coro de imbéciles cantando alguna estupidez a capela. Hoy, al discutir con mi compañero, ha comenzado a sonar el típico acorde de “Tiburón” (chúnchun, chúnchun), seguido de un tema duelístico de Sergio Leone (piribiribí, guaaaguaaguaa) y acabando con el clásico tema clásico de “Psicosis”, ya sabe, yi-yi, yi-yi, yi-yi, yi-yi. ¿Y ahora? Sí, pues ahora escucho los primeros compases de una peli dirigida por Milos Forman en 1975, interpretada por Jack Nicholson y por la fascinante Louise Fletcher: “Alguien voló sobre el nido del cuco”, con banda sonora de mi autoría.

17 comentarios:

Belén dijo...

A mi me gustaría vivir en la BSO de LA Confidencial...

Besicos

Víctor dijo...

Me recordó a otro micro que aparece en Zoom, sobre la música y las bandas sonoras. Aunque aquí le das una última vuelta de rosca.

Un abrazo, Manu.

Francisco dijo...

Manu:

En la antología Velas al viento descubro que eres Manuel Sánchez. Conocía tu magnífico microrrelato "Rueda de reconocimiento". Ahora, al leer los otros dos publicados por Fernando Valls, me lanzo a las librerías a buscar tus otras obras.

Este encendido y sincero elogio busca tu aprobación a la publicación en mi blog de esas dos grandes novelas a escala.

Asimismo, si has respondido afirmativamente a la posibilidad de divulgación de tus obras, te invito a visitar un blog dedicado a las reseñas de la "literatura condensada".

www.documentaminima.blogspot.com

En cuanto seamos capaces de conseguir tus libros, nos encantaría reseñarlos.

Enhorabuena por tu proyecto literario

Manu Espada dijo...

Belén, no me extraña...

Víctor, sí, en ese micro l personaje protagonizaba un musical cobn la que gente que le rodeaba a diario, en este es algo distinto, escucha bandas sonoras que acompañan cada hecho de su vida, pero tienen la misma filosofía.

Francisco, claro, encantado de que te hagas eco de mis microrrelatos. Un placer que te hayan gustado. Espero que también te gusten el resto de mis obras. Normal que no conocieras mis tres libros de relatos, es que soy un autor de culto, es decir: desconocido (pero lo de autor de culto queda muy bien cuando no te conocen, queda muy "gafapasta"). Un abrazo a todos.

AGUS dijo...

Me gusta mucho la forma de hilar el texto con las canciones. Y como cada una de ellas aporta su propia historia. Marcando los tiempos.

Abrazos.

Manu Espada dijo...

Gracias Agus. Pretendí escribir una especie de micro/partitura, donde aparte del texto, vinieran a la cabeza del lector las músicas, como en la radio, una especie de micro con música, no sé si lo he conseguido. Abrazos.

Unknown dijo...

El hecho de colocar las onomatopeyas me hace sonreír desde el principio.
'Los Nitzsche nunca hemos soportado a Vangelis' debiera figurar en una lista de frases famosas

Un gusto leerte, como siempre Manu.

Manu Espada dijo...

Patricia, tuve una duda con el tema de las onomatopeyas, pero al final me decidí a ponerlas con la intención de hacer cantar internamente al lector las canciones (además del evidente toque humorístico). Gracias, Patricia.

Maite dijo...

Me encanta esta composición musicoliteraria que bien podría convertirse en una ópera prima. No dejas de sorprenderme, aún estoy esperando a que me llegue mi "zoom" y te aseguro que ya no aguanto más!! Besos

Puck dijo...

Imposible leer sin tararear o escuchar en la mente la banda sonora. Un micro muy musical que me gustó mucho
Saludillos

Elysa dijo...

Es imposible leer este micro, sin escuchar las banda sonoras. Muy buena la manera de enlazar literatura y música.

Besos.

josef dijo...

Genial vivir al ritmo del compás de las mejores partituras... Y en el fondo lo hacemos?
Es una atrayente propuesta. yo me alejo de al lírica costumbrista y me adentro más en los nuevos talentos, si así pueden llamarse...
abrazos.

Raúl dijo...

Una vida de lo más onomatopéyica, la de tu protagonista.

MANUEL IGLESIAS dijo...

Manu: Buen micro. Algunas generaciones de espectadores no han escuchado esas músicas en una sala de cine. Sucede como las versiones musicales utilizadas por la publicidad; se olvida el original. Ahora "los cuchillos" -yi-yi-yi, de Psicosis los ponen en espacios deportivos cuando el "Bicho CR9" lanza una falta.
La música en el cine es un arte aplicado, un cometido funcional. Un saludo

Lola Sanabria dijo...

Lo del coro de imbéciles cantando a capela, me ha hecho descojonarme de risa. Muy bueno.

Besos a pares.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

¡Ay Manu! Hoy estoy con tu relato de "Música" de Fuera de Temario y ahora me encuentro este fabuloso relato plagado de bandas sonoras. Me ha encantado, ahora ya no sabré como terminar un cuento que empecé donde sembraba maíz y recolectaba mazorcas de notas musicales, ¡vas a tener que ayudarme!, jajaja.
Me ha gustado mucho de veras.
Besicos muchos.

Juan F. Plaza dijo...

Es que tu legión de lectores y lectoras quizá no sabe, amigo, que además de un excelente escritor estuviste a punto de ser un buen músico. "Suspiros de mi almohada" truncó tu carrera.
;)
Abrazos