El escuadrón militar rompió filas, pero Román no cambió el ritmo del paso. Continuó caminando raudo con las piernas rígidas, las rodillas oxidadas, los gemelos y los muslos tiesos, perpendiculares al suelo. Los brazos rectos se balanceaban a los lados de su cuerpo.
Al cabo de unas horas Román regresó al cuartel marchando al paso ante las miradas oscilantes de varias pupilas. Desde la garita del centinela salió una voz de alto. El santo y seña se quedó entre los labios de Román, que con la cara desencajada seguía caminando al paso. Un tiro seco y el suelo se tiñó de mojado entre las piernas y los brazos de Román, que ya tendido continuaba moviendo rítmicamente a los lados de su cuerpo.
5 comentarios:
¿Nunca te has preguntado viendo esa foto de Capa cómo es posible que el miliciano -en medio de una guerra- llevase la camisa y los pantalones tan impecablemente limpios?
Oye, estoy haciendo este blog sitio de referencia para mi!
Por cierto, pásate por el último comentario que dejaste en el mío y te presento a alguien...
¿Te refieres a un posible montaje, Sergio? Hay quien decía que pudo ser también un tropezón, pero hace poco encontraron la verdadera identidad de este hombre. Lo vi en el telediario. era un anarquista de no me acuerdo qué pueblo y creo que tenía 17 ó 18 años cuando murió. Si la foto es real la verdad es que Rober Capa tuvo mucha "suerte". Lo malo es que desde entonces a muchos fotógrafos se les ha ido la mano buscando algo parecido y se han instalado en el gore puro y duro. Ya vemos tantas imágenes así que nos hemos quedado ciegos.
Captar a alguien en el momento instantáneo de la muerte es algo que los fotógrafos buscan desde esta foto, pero personelmente creo que es real,a parte de la snuff movies que se han puesto de moda a raíz de ver asesinatos en directo.
Real o no, representa un trocito de los miles de momentos vividos por tanta gente que deseaba un mundo mejor, y que sólo encontró la muerte en un campo de castilla.
La foto tiene todas las papeletas para ser un montaje:
1. No hay sangre ni trozos de carne volando. Las balas de los fusiles hacían tremendos destrozos (gore gore de verdad)
2. No hay otros combatientes en el fondo de plano, ni polvo ni humo ni nada.
3. El fotógrafo está a la misma altura que el soldado, al descubierto y sacando fotos de espaldas al enemigo. No es lógico.
No me fio. hasta los mejores corresponsales de guerra han coriografiado combates para conseguir fama o simplemente para salvar una mala racha.
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