8/20/2010

LECTURAS DE VERANO (QUE NO VERANIEGAS)

El verano comenzó con España en la final y una cerveza en el garito más hippie de la isla más pija. Cuando comenzó a sonar el himno, el dueño de la fonda quitó el audio con cara de pocos amigos pese a las protestas de algunos clientes. Podría haber pinchado el Himno de Riego o el de Dinamarca, al menos habría tenido su gracia. Casillas levantó la Copa y pasó ante mi cabeza aquella selección de La Real Sociedad, la de "La Quinta del Buitre" y la de Clemente, que son, más o menos, las generaciones que abarca mi edad: De Arconada a Casillas aproximadamente, del gol por debajo del sobaco al codazo en la nariz, de Malta a Corea, de los cromos de Santillana y Juanito a Iniesta y Villa. Lo demás son vídeos en blanco y negro o con rayas. Y youtube, claro. Y como la cosa iba de generaciones, mi primera lectura playera fue la selcción de cuentistas de "Siglo XXI. Los nombres del cuento español actual". Todos me parecieron muy buenos, aunque noté cierta tendencia (¿generacional?) por el relato a lo Carver, es decir, tensiones de pareja o familiares, contar entre líneas, etc. Eché en falta (quizá sea un gusto personal) más relatos de corte fantástico. A la antología le siguió un libro de una gran autora que no aparece en la antología pero que aparecerá en otras posteriores. Su nombre es Paula Lapido y su magnífico libro "Teoría de Todo". Ya había leído el libro de Paula (tampoco voy a ocultar que somos amigos) pero esta relectura me ha servido para darme cuenta de algunos detalles que en su día pasaron desapercibidos. En esta obra los personajes persiguen lo imposible pero no pierden la esperanza. Y con la esperanza de leer otro libro de relatos me tumbé al sol con "Bajo el influjo del cometa". Tenía aún el regusto de "Como una historia de terror" y en esta ocasión Jon Bilbao también responde a las espectativas. Dicen que el ser humano sólo muestra su verdadera cara en las situaciones límites, como el caso del equipo de rugby que se estrelló en los Andes hace años. Los líderes del equipo quedaron anulados y destacaron personas de perfil más bajo. Un sociólgo llamado Milgram demostró que cualquier ser humano puede convertirse en un asesino en determinadas circunstacias y lo hizo en un cruel experimento, tras los juicios de Nuremberg, en los que todos los genocidas habían alegado "obediencia debida". En el libro, Jon no lleva a sus personajes a grandes extremos, sino que afloran las pequeñas miserias que surgen cuando esas personas se ven al límite. Cuando la selección paseaba en autobús por la Castellana y Piqué escupía a un directivo de la Federación, salí a la terraza con "Un koala en mi armario". Esta vez microrrelatos, microrrelatos de Ginés S. Cutillas. Fantástico, en las dos acepciones de la palabra. Echaba de menos un libro con este tipo de textos, unos micros que no están cocinados mediante un libro de recetas. Se acerca más a las recetas de Adriá que a las de Arguiñano, mucha tortilla desestructurada y nada de perejil. Y como me quedé con más ganas de micros (el koala se me hizo corto) comencé a hincarle el diente a "Ciempiés, los microrrelatos de Quimera". Descubrí a algunos autores muy interesantes y esta vez ya sí, quedé saciado de micros. Como me gusta comer al revés (muchas veces empiezo por el postre porque cuando tengo hambre lo que más me gusta lo disfruto el doble) dejé el plato más abundante para el final, y en esas estoy papeándome una novela. "El viaje del elefante". Saramago.

PS: Una amiga me ha enviado hoy este fragmento de una entrevista a Bruce Springsteen, y me han gustado las sensaciones que transmite:

“Ya está. Uno, dos, tres caídas de rodillas frente al micrófono y estoy casi totalmente doblado hacia atrás en el escenario. Cierro los ojos un instante y cuando los abro sólo veo el cielo azulado de la noche. Sin banda, sin muchedumbre, sin estadio. Todo me rodea como una gran sirena pero como estoy tumbado no puedo verlos, sólo veo el magnífico cielo de la noche ribeteado con las miles de luces del estadio. Respiro profundamente unas cuantas veces y me invade la calma. Me siento profunda y felizmente dentro”.

19 comentarios:

Maite dijo...

Todavía estoy reaccionando ante lo que has escrito hoy. Supongo que tanta coincidencia de verano (que no veraniega) será por una coincidencia generacional. El caso es que me he quedado perpleja cuando hablas del Experimento Milgram, que precisamente estuve explicando a una amiga la semana pasada, ya que este verano me he leído una novela basada en ello. Es alucinante también el experimento de Stanford de 1971, tuvieron que pararle los pies al propio psicólogo, porque él se había transformado de la misma forma que los voluntarios utilizados.
Otra coincidencia (además de los recuerdos futbolísticos) es la de la lectura de Un koala en el armario, un libro genial, no creo que haya ni un sólo relato que me haya dejado indiferente.
Más coincidencias, tras terminar de releer Ensayo Sobre la Ceguera (me parece una auténtica joya) leí El viaje del Elefante.
En fin, no sigo porque esto empieza a darme miedito. Un abrazo.

Manu Espada dijo...

Maite, en Internet viene una entrevista que precisamente estuve hace poco viendo con un compañero (otra coincidencia, qué miedo) referente al experimendo de Standford. Punset entrevistó para su programa al psicólogo que lo hizo, y cuenta cómo se metió en el papel y de hecho perdió los papeles:
http://www.youtube.com/watch?v=mn5z3B0huW0
Creo que en youtube también está el experimiento de Milgram. Un abrazo, Maite.

Manu Espada dijo...

Ah, el psicólogo se llama Philip Zimbardo.

Víctor dijo...

Manu, le tenía ganas al Koala, pero hasta ahora no me atrevía. Ya no tengo excusa, pues. Por cierto, una de mis lecturas de verano ha sido "El asombroso viaje de Pomponio Flato", un libro que compré hace tiempo y que dejé olvidado en un estante hasta el día de preparar las maletas.

Saludos, Manu.

Jesus Esnaola dijo...

Coincidimos con el Koala, en haberlo leído y en la opinión que nos merece así que no me extiendo. Después leí "La máquina de languidecer" de Ángel Olgoso; no siempre me gusta pero me encanta leerle porque tiene una forma de escribir a la que nunca me acercaré siquiera. Y en relatos, yo prefiero cuentos, estoy con "El momento del unicornio" de Norberto Luis Romero; extraordinario, de verdad. A veces uno alucina de que pueda haber escritores tan buenos completamente olvidados. Es de lo mejor que he leído en tiempo.

Manu Espada dijo...

Jesús, tengo muchísimas ganas de leer a Norberto, he leído críticas maravillosas sobre ese libro, y de hecho me pasé la semana pasada por La casa del libro de Goya y no lo tenían. En cuanto a Olgoso, (sé que es impopolar lo que voy a decir dada la cantidad de fans que tiene) debo ser de los pocos a los que se le hace un poco cuesta arriba, tanta adjetivación me abruma, escribe muy bien, sí, pero no es estilo que más me seduce, me quedo atascado, pero ya digo que es una mera cuestión de gustos personales.

Jesus Esnaola dijo...

Sí, comparto lo de Olgoso, nunca escribiré como él por incapacidad y por gusto, pero tiene algo que me seduce. En cuanto a Norberto ya me dirás. Y es que encima los de Tropo hacen unos libros tan bonitos...

Manu Espada dijo...

Los de Tropo hacen unos libros preciosos, cierto, te aconsejo el de Paula Lapido, que es de Tropo: "Teoría de todo".

Jesus Esnaola dijo...

Tomo nota.

Paula Lapido dijo...

Gracias Manu, me alegro de que disfrutases de la relectura.

Besos,
P

Anónimo dijo...

Qué buena la cita final!

Manu Espada dijo...

Te gustará Jesús. De nada Paula, las relecturas siempre son mejores (aún). Besos.

Belén dijo...

Para cervezas buenas, las que nos tomamos en el bar ese de malasaña eh?

Lástima que no fuera verano :)

Besicos

Reina Letizia dijo...

El verano es para no hacer nada. Yo prefiero leer durante el resto del año.

Besos de Princesa

Anónimo dijo...

Me sigue sorprendiendo siempre la habilidad natural que tienes para el micro. Me dan ganas de jugar y retarte. :)))
Sí, pienso: Si le doy a Manu cinco palabras, por ejemplo: Encuentro - Surrealismo - Música - asombro - Teatro. ¿Qué haría? :))))
Kuss

Manu Espada dijo...

Mita, soy nefasto con este tipo de concursos en los que te dan las palabras y tienes que hacer un micro, como en el de abogados, es como si me pusieran una camisa de fuerza y mi única salida fuera gritar. Aún así, pensaré algo, pero no te prometo nada o me transformaré en el personaje de Jack Nicolson en "El Resplador".

Anónimo dijo...

Diosssssssssssssss...no, no hagas nada, nada de nada!!!!! ufff, si te vas a transformar en eso!
Podrías transformarte en un vampiro de Luna Nueva, mejor.

pepa mas gisbert dijo...

Porque a veces uno solo quiere ver las estrellas y no tener que convivir con ellas. A la manera de Bruce.

Juanma dijo...

Imagino que ya le habrás incado el diente al Elefantiasis de nuestro amiguete Raúl.


Salud.