Excálibur sigue oxidada en la roca esperando a que alguien se decida a sacarla, pero la gente pasa de largo...
11/22/2007
LA FRIVOLIDAD
Umbral decía de Fernán Gómez que era un hombre del Renacimiento: lo mismo te escribía un libro, que un guión, que dirigía una peli, que te dejaba perplejo en una tertulia. Lo definía como un cruce entre Leonardo y Cyrano pero con ojos de diablo verde. Todo lo que hacía lo hacía bien. Aún tengo grabada a fuego una intervención suya en aquel programa de tertulias que tenía Hermida. Mientras los demás debatían, él sólo hacía una intervención por programa y no solía tener réplica. Era siempre tan brillante que jamás le llevaban la contraria. Dejaba a todos clavados en la silla con sus ágiles reflexiones. Nadie estaba a su altura. Pero un día sí arremetieron contra el maestro. Le dieron bofetadas por todos lados. Tras una sesuda discusión tertuliana sobre no sé qué asunto de alta política, Fernán Gómez comenzó su intervención, y lo hizo para romper una lanza a favor de la frivolidad. Fue una intervención sublime. Pero toda aquella panda de palmeros se le echó encima como una masa de energúmenos. Por primera vez se atrevían a hacerlo con frases del tipo "no nos esperábamos esto de usted, por dios, como puede decir algo así, con su capacidad". No comprendían cómo un genio tan sesudo y brillante hacía un alegato de la frivolidad. Era como si Leonardo se hubiera caído de su pedestal de sabio, como si le hubieran desprovisto de su capa mágica de maestro intocable. Me dolió. Me dolió casi tanto como cuando Moncho corre tras el camión de Don Gregorio tirando piedras al viejo maestro republicano que le había explicado para qué sirve la lengua de las mariposas. Así que, maestro, buen viaje a ninguna parte, y por supuesto, ¡viva la frivolidad!
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14 comentarios:
Tienes razón. Es como cuando alguna persona muy prudente y un día se defiende, siempre suelen contestar: ¡Vaya con el mosquita muerta...! ¡Qué suele hacer el gato cuando le pisan el rabo?..., es normal que arañe porque se defiende.
Que injustos somos. Ojaá este señor descanse ahora y en paz.
Saludos
Que viva, que viva!!!!!!!!!
Y que descanse en paz
Me gusta la descripción que haces... viva la frivolidad!
Que descanse en paz!
No sé si a ti te sucedió lo mismo. Recuerdo de pequeño ver con autentica pasión las serie de dibujos animados de Televisión Española "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha". Años despuésm cuando por fin me enfrenté a la inmortal obra del manco de Lepanto, no podía evitar mientras leía ponerle la voz de Fernando Fernán Gómez a Don Alonso Quijano, al igual que la de Antonio Ferrandis a Sancho Panza. Ha sido una gran pérdida.
Sí me pasó Alberto, jaja, de hecho fueron los primeros dibujos animados de producción española, y además, me quedaba con las tapas de los yogures en las que salían los dibujitos.
Aún recuerdo aquel programa de radio... Tu imitación al genio hizo que mi ataque de risa fuera monumental. Gran momento!
El maestro con una bandera anarquista en su despedida en el Real... Y seguiremos aprendiendo.
Salud!
Ainara
Jajajaja, buenísimo aquel momento, un ataque risístico de los que hacen época. Lo de la bandera anarquista en el Rel fue su último ¡a la mierda!
Qué pena que no recuerde la intervención que mencionas, o tal vez no la viera.
Hay gente que pretende que te disculpes si muestras tener un puntito de frivolidad. Es algo parecido a revelar que te gustan los tíos buenos.
Gracias a su defensa de la frivolidad, Fernán Gómez fue más hombre del Renacimiento todavía.
Que descanse en paz, por supuesto.
Besos orgiásticos.
Ella, a lo mejor pretenden que digas que te gustan los tíos feos. Upss.
¡viva!
Un abrazo
Felicidades por el texto de tu post. Me ha encantado. Está muy bien escrito. Y, por supuesto, me ha gustado el contenido. Un abrazo.
Gracias río veneno, me gusta que te haya gustado. Un abrazo.
Recordando aquél programa de Jesús Hermida me doy cuenta de que ya tengo unos años y de que la televisión de entonces aún tenía un nivel (o esto lo estoy adulterando ahora mismo con el tamiz del recuerdo y las cosas no han cambiado tanto). Decidido, tengo unos años ya.
Al principio sí había réplicas, por cierto, pero después, quién sabe si por sugerencia del maestro, llegó otra etapa en la que Fernán Gómez tenía la penúltima palabra, Hermida cerraba el debate, y santas pascuas. Me imagino al genio en el camerino, un buen día, me niego a las paparruchadas de esos mentecatos, que ya he tenido bastante; yo digo lo que me parezca y arreando.
O algo así.
Algunos de aquellos tertulianos siguen en antena, alguno hasta en la trena televisiva, debería estar, de tantas sandeces acumuladas, y alguno que otro se defiende con cierta sensatez.
Y Fernán Gómez, pues no sé, yo no le deseo una paz celestial, sino más bien una animada tertulia anarquista en los infiernos o sus afueras, que es lo que sospecho que más le divertiría al hombre.
Un abrazo, Manu, enhorabuena por tu página, gracias por la visita y a ver si te animas para la segunda edición del Diomedea.
pd: Alberto, las de Fernando Rey y Alfredo Landa también contaminaron mis lecturas cervantinas...
Me presentaré a la próxima convocatoria, Sergi, y sí, la tele ha cambiado mucho estos años, la competencia es feroz, e incluso ahora perro como perro, cosa que antes no pasaba.
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