7/27/2007

EL VIAJE





Hasta ahora no había tenido tiempo de contar nada sobre el viaje a La India y a Nepal. Como las crónicas muy largas son aburridas, intentaré ser breve. Cuando vas a un país como Italia sueles volver diciendo, ¡qué bonito! Cuando regresas de La India dices, ¡qué diferente! Lo que más impresiona a simple vista es la superpoblación y el colorido de las mujeres (los hombres son más occidentales, salvo excepciones). Miles de personas caminando por la calle, cientos de coches deambulando por todo el país en carreteras en las que no se puede, ni se debe, pasar de 50. Un estudio más detenido te permite distinguir entre los hinduístas (con sus santones, que se ponen ciegos de maría), los musulmanes, los sij (van con turbante, como el indio de "El paciente inglés", los budistas, o los jainitas, que van en pelota picada porque su religión les prohibe matar ni un sólo bicho, entre ellos, las plantas con las que se hacen los tejidos. La miseria de la India y la dignidad con la que la llevan me parece un tópico demasiado manido, la pobreza es jodida es todos los lugares del Planeta. Aún así, los indios siempre tienen la sonrisa en la boca, y tienen un porte deslumbrante, lástima que la esperanza de vida sean unos 50 años. La cara de la moneda son los palacios de los marajás, con las paredes llenas de piedras preciosas (las que no se llevaron los ingleses). Dicen que les gusta la comida muy picante porque es una forma de engañar el estómago, así que, ponen tres trozos de pollo y medio litro de curry. Pasear por la calle impresiona, tan pronto te cruzas con una vaca sagrada, como con una piara de jabalíes, como un puñado de ardidas o un grupo de monos. Respetan los animales porque creen en la reencarnación, con lo que sólo comen carne de pollo y cordero (el que se reencarne en oveja la lleva clara). El sistema castas están de capa caída en las ciudades, al menos en apariencia, pero en las zonas rurales su vigencia es importante, así que eso de que un intocable se case con alguien de casta superior, ni pensarlo, aunque nos contaron que el presidente era un "paria". La cultura funeraria es lo más impactante. Si no quieres reencarnarte y deseas ir directamente al paraíso, te tienen que quemar y luego te tiran al Ganges, así vas directamente al Paraíso. Los pobres no tiene para comprar los 600 kilos leña necesarios, así que tiran a sus muertos al río enteritos, y allí están, flotando en el agua mientras pasan las barcas o los fieles se purifican, de lo más normal. En la foto de arriba, un niño se acaba de purificar en el río mientras mira a su madre muerta, a la que está a punto de quemar. Para compensar he puesto otra foto de un mercadillo de flores y otra de la puerta del Taj Mahal (estaban como locos con lo de su inclusión entre las 7 nuevas maravillas). Habría mil cosas que contar, pero esto parecería una guía del Lonely Planet.

6 comentarios:

...flor deshilvanada dijo...

Me gusta esta crónica del viaje a la India, porque con una síntesis muy bien hecha, lograste pintarnos un paisaje en el cual me sentí adentro, como si hubiera estado ahí...

La primera foto me impactó mucho y me provocó dolor, desgarro...

Saluditos!

Luna Agua dijo...

Que impresionante.
El estar ahí,entre lacs calles, me parece debe ser con mucho respeto por todas las cosas, lo cual no hacemos en nuestro mundo occidental. Animales sagrados, rios con muertos. Que pena eso que cuentas de que para cremar los muertos y alcanzar el paraíso es solo para los que cuentan con dinero.
Interesante, tu crónica ha mostrado cosas que no siempre se leen en lo enciclopédico.
Y vaya, hay qie tener cuidado en eso de reencarnar.


Saludos

la danza de la vida dijo...

siempre me hubiera y me gustaria ir a verlo con mis propios ojos, pero tu forma de expresarlo durante el rato que lo he leido me ha acercado un poco más a sentir los olores de alli, un beso

Belén dijo...

:)))) gracias por compartirlo, pero por mi dinos mas cosas, no me resulta nada aburrido :)))

Besos!

Sirena dijo...

Nunca he estado en La India, espero ir algún día. Es muy diferente, como dices tú. Pero lo que no entiendo es que la media de vida allí es de 50 años. ¿Por qué? Bueno, y Nepal es el sueño de mi vida. Me muero por ir. ¿Has visto los lagos de Pokara? Besitos, amigo. :)

Manu Espada dijo...

Belén, la verdad es que en La India nada es aburrido, al menos para un occidental, porque no dejas de sorprenderte con cada cosa, concada rincón, con cada persona.