12/05/2006

POESÍA


“Aquí se caga, aquí se mea, y el que tiene tiempo se la menea”. Siempre me había preguntado qué empuja a una persona con el culo al aire a escribir en las paredes y puertas de los baños públicos ese tipo de mensajes. Y aquel día, sentado en la taza del wáter, algo me hizo reemplazar la habitual sección de ofertas de trabajo del Segunda Mano por la lectura de las baldosas. ¿Por qué personas normales, protegidas por el anonimato, se transformaban en improvisados literatos de urinario? Parecían simples mensajes, aunque estaban cargados de contenido. Tal vez escupían sus textos en ese grumoso lienzo haciendo gala de un ejercicio de libertad ante la nula posibilidad de ser descubiertos. Quizá, motivados por la castración de la expresión en su vida privada gritaban así a los cuatro vientos sus fobias y sus filias más íntimas en el lugar más introspectivo, allí donde no hay frases fuera de contexto. ¿Por qué dejan ante ese auditorio los rastros efímeros de una larga e intensa historia personal en apenas unos minutos? Aquel día decidí interpretar todos y cada uno de los pasajes. Me llevó su tiempo. Las paredes, (blancas hace un mes, ahora multicolor) estaban abigarradas. Entre los discursos más obscenos y burdos, los bosquejos de falos dibujados a boli, las escenas de zoofilia impresas con rotulador, y los insultos al bando político contrario, se adivinaban sensibles declaraciones de amor en el interior de un corazón rojo: “Silvia, heres el amor de mi bida, te amo”. ¿Qué dolor del alma puede hacer a una persona declararse en esas escatológicas circunstancias? Pero había lugar para todos. Verdaderos poetas sin editor que publicase sus libros aprovechaban esa codiciada página vertical para moldear líneas con sus versos libres. “Creo en ti. Existes. Eres. Me basta”. De esta forma, sus estrofas llegarían a un público masivo que, de otra forma, no saldrían del minoritario y restringido círculo de exquisitos que consume libros de poesía. Los números de teléfono trazados por el rencor forman parte de esa partitura caótica tan clásica como las corcheas que se balancean en un pentagrama: “Soy Marina la guarra, llámame. Me lo como todo. 6788765680”. Desconozco si hay sujetos en sus cabales que pierdan el tiempo marcando un número tallado por el despecho más precario. ¿Alguna vez has dejado un mensaje en un baño?

10 comentarios:

Alicia dijo...

Jaja, muy bueno. Yo creo que una vez dejé algún mensaje poco subliminal en el baño de un club adversario al mio, con alunas otras integrantes del equipo. Eso sí, no estaba con el culo al aire, mis compañeras no lo se... ja. Por mi parte, he tengo un escrito que comparte el aspecto escatológico de este, y trata sobre las colas para ir al baño de mujeres, en los boliches. Pff, interminables. Gracias por su saludo. Un abrazo.

Eulalia dijo...

Nunca, fíjate. Sin embargo, me los leo todos. Me llama la atención, a mí también, esa necesidad de expresarse de quien no sabe acceder a otro modo, otro medio de gritar lo que necesita arrancar de sí.
Qué vida.
Un beso.

Lunaria dijo...

Pues yo tampoco he escrito nunca nada. Afortunadamente cada vez los baños públicos están de mejor ver que hace algunos años, pero si te soy sincera, sólo recuerdo una ocasión en que leí algunos y con eso me bastó para hacerme una idea en lo que la gente se entretiene.
Un abrazo.
Por cierto, es uno de los post que más me ha gustado de todos los que te he leido.
Un abrazo.

ecasual dijo...

Muy interesante. Posiblemente, esos mensajes son el reflejo de la gran soledad de quien los hace.

Saludos

Pedro Daví dijo...

La verdad es que no se quien se para a escribirlos y si realmente los hace con el culo liberandose de su carga, pero, es mejor literatura que los tarros de gel y también los leemos.

Así que es de agradecer.

Anónimo dijo...

Que genial tu post!!
Nunca he escrito nada en baño. Creo que es por sentirse liberados al poder expresar tantas cosas que en persona no lo harían.

Saludos

Anónimo dijo...

Pues no, sinceramente nunca he escrito en el baño.. y en las paredes, pues igual alguna vez de pequeña, pero suelo ser muy respetuosa y niña buena cuando quiero (carita angelical la que estoy poniendo mientras escribo, jiji)... pero tienes toda la razón, hay cada poeta! En mi facultad, mi taquilla estaba en el sótano y al bajar las escaleras lo primero que encontraba de frente siempre era una pared en la que se leía escrito en letras grandes a carboncillo "pierde toda esperanza, tú que te adentras en el subsuelo"... Este último año me hice uno foto junto a la pintadita,... recuerdos de los años universitarios que tiene una ;)
Besitos!

Anónimo dijo...

Bueno, al fin y al cabo, a veces, los blogs son nuestra pared de báter particular, donde escribir amparados en este semianonimato.
Lo mejor que he leído yo en un wc fue: "Masturbarse es bueno, pero follando se conoce gente"

Anónimo dijo...

AAaaaaaaghh, ¿he escrito váter con "b"? Me van a llover los anónimos...

Manu Espada dijo...

Bueno, se trata de castellanizar el inglés, ¿no? Pos eso, beri Güel, Gra (Thank)