8/09/2006

MEDIA NARANJA PARA HOMBRE GRIS


Elflé Martín es un hombre gris. Una nube oscura marca su presencia como la línea del horizonte persigue la lontananza del desierto. Allí donde va Elflé Martín la nube gris sigue sobre su cabeza. Ni una brizna de sol roza nunca los lunares d su piel lechosa y velluda. Cada mañana la escarcha envuelve su cabello en un compacto grumo de rocío helado que la nube se encarga de enviarle para que recuerde su presencia.
Elflé Martín camina entre la humedad que va dejando a su paso en la calle seca, cuando se cruza con una mujer de expresión triste y quemada que porta un sol sobre la porción celeste que envuelve su cuerpo. Una mirada rápida entre ambos y la nube se disipa entre la luz del astro. La nube se deshace. El sol se apaga. La mujer se resbala en la estela acuosa de Elflé. Y éste, sorprendido, mira a su alrededor buscando un arcoiris perdido en la húmeda calima del suelo.

3 comentarios:

Lunaria dijo...

Siempre hay una mitad esperándonos en algún lugar. Hasta el hombre gris encontró la suya.

.:Elisa:. dijo...

y se pueden encontrar en el lugar que uno menos se lo espera...muy cierto.
Un beso

Anónimo dijo...

Siempre hay un roto para un descosido..., pero no siempre es así, y la mayor parte de las veces nos conformamos con lo que la vida nos da. Hay una canción de Sabina que dice: "Quise más a quien más me quiso".