Los baños de la Tasca Catedral están cubiertos por una película
grasienta de color amarillo fosforito. Las cucarachas del local han sufrido una
extraña mutación genética: dientecillos como alfileres y un llamativo color
verde radioactivo. Muerden. Gonzalo, borracho habitual de la Tasca Catedral, notó un
pinchazo en las nalgas hace cinco meses, mientras leía el Interviú sentado en
la taza del wáter. Desde entonces, Gonzalo ha sufrido una metamorfosis. Su
cuerpo se ha cubierto con un caparazón duro y le han brotado antenas en la
cabeza, por lo que se ha cubierto el cuerpo con mallas rojas, un abrigo largo y
un gorro de lana. La parte amable de la transformación es que desarrollado
increíbles superpoderes. Cada vez que entra en un tugurio es capaz de leer la
mente de los jugadores de tute rubios de menos de metro ochenta, adivina el
final de las películas del oeste protagonizadas por Kirk Douglas y dirigidas
por King Vidor que ponen en la tele a la hora de la partida, sobrevuela
poblaciones con más de cinco tascas y menos de nueve siempre y cuando estén
patrocinadas por la cerveza Mahou, levanta camiones de Larios con una sola
mano, es capaz de correr a la velocidad del sonido sobre las barras de zinc que
tienen en la vitrina tapas de morro frito, y puede ver a través de las paredes
con gotelé en bares construidos en los años setenta. Su punto débil es el
mármol. Su contacto con este noble mineral le convierte en un simple mortal.
Pero Gonzalo no conoce el miedo. Si un hombre ebrio yace sobre el suelo de
mármol de un bar, él entra, lo saca a rastras, y una vez fuera, lo coge a
hombros, lo lleva a casa y lo mete en cama, cumpliendo así la misión que (él
cree) le ha sido encomendada. Pero como en toda historia de superhéroes que se
precie, en este cuento también hay un antagonista, un supervillano. Se llama
Pepe y le mordió una mosca del vinagre en el bar García. Cubre sus alas con un
guardapolvos beige y escupe palillos como si fueran flechas, revienta vasos de
tubo con el pene, nunca pierde al mus en locales con gresite y maneja el
cuchillo jamonero como si formara parte de su cuerpo, lo que le convierte en un
supervillano muy peligroso. Gonzalo y Pepe coinciden en una taberna nueva
situada en la periferia de la ciudad. Se reconocen al instante, con ese sexto
sentido que solo tienen los superhéroes, las criaturas provistas de un don
sobrenatural. Se miran de arriba abajo. Cuando Pepe le lanza el palillo a su
contrincante, Gonzalo sale volando y se posa sobre la barra. No es de zinc,
sino de mármol, por lo que no puede correr a la velocidad del sonido. Pepe saca
el cuchillo jamonero y perpetra el crimen, pero se moja con la sangre ajena,
fluido mortal para el supervillano. Los periódicos, ignorantes de la
extraordinaria naturaleza de estos dos seres, calificaron el duelo como pelea
de borrachos y tan solo le dedicaron un breve de cuatro líneas en la última
página de sucesos.
20 comentarios:
¡Qué bueno! Una pena que te los hayas cargado. Creo que esto da para mucho más.
Desde luego se trata de una historia extraordinaria, Manu. Tu imaginación portentosa nos acerca a esos héroes anónimos, en los que ni siquiera reparamos, y eso desmotiva a cualquiera. Buen texto, como ya nos tienes acostumbrados.
Ya se sabe cómo son los periódicos... Bien, Manu, una historia de superhéroes sacada de la nada. Un abrazo.
Manu, destornillante relato-comic ibérico que deja un buen sabor a comedia y esperpento. Me han gustado estos superheroes nada convencionales. Yo creo que es una buena idea para un guión de película.
Un abrazo.
jajjajaja este es un nuevo género, el micro-cómic hilarante tipical spanish. Ahí queda.
Será que no nos enteramos ni de la mitad... seguro que hay muchos héroes anónimos por ahí sueltos.
Un saludo indio
Tiene cierto sabor a serie B, muy cinematográfico como ya han dicho, y me parece que el escenario elegido es el ideal. Me creo más la realidad que tú me cuentas que la que muestran los periódicos. Y me haces pensar en el sentido de las cosas, en su verdadera realidad. Muy bueno.
Abrazos.
Jajaja que buena historia!!! La pena es que han muerto en el primer encuentro...
Besos desde el aire
Uno levantando camiones de Larios, y otro reventando vasos de tubo, podrían haberse forrado saliendo en Tele5, pero no, han salido en los periódicos, tal vez porque no tenían la misma habilidad con los caminoes de Mare y las copas balón.
Muy divertido relato. Gracias. Abrazos.
El periodismo de investigación ya no es lo que era. Es un hecho.
En cuanto a uno de los superpoderes de Pepe, decirte, que tampoco hay tantas pelis del oeste protagonizadas por Douglas y dirgidas por Vidor.
Sonrío.
Buen relato, MC.
Si es que no saben mirar, no saben ver. Y aunque lo hubieran hecho, en el mejor de los casos habría hablado de supuestos superhéroes con supuestos superpoderes.
Menos mal que aún tenemos "La espada oxidada" para obtener información de la buena.
Muy bueno.
Para poder ver a héroes y villanos cruzándose la cara a golpes o con cuchillos jamoneros, hay que tener la mirada limpia de realismo sucio. ¿O no?
Me partí el culo de risa.
Abrazos reptantes.
Pues a un superhéroe que lleva a los borrachos que no se sostienen a sus casas hay que aplaudirle, claro que sí.
Para que quiero leer el peridodico, me va a mentir, seguro. Me vengo para La espada oxidada y me cuenta la verdadera historia de los suspuestos borrachos y encima me lo paso mucho mejor...
Besitos
Me fascina tu capacidad para los detalles estrambóticos. Desde la tercera línea me han atrapado con la curiosidad del "a ver qué más se le ocurre ahora". Esos superpoderes condicionados son de antología. Lo de leer la mente a jugadores de menos de 1,80, la supervisión a través de gotelé o el lanzador de palillos me han cautivado. Pero sobre todo la ironía final. Confirma que es en tu peculiar mirada donde está la literatura.
Abrazos.
Por dios, Manuel, cómo no estás ya en todas las listas de los más leídos. Que hermosa historia con tintes surrealista y final con moraleja. El título lo dice todo, y eso que dicen que todo está dicho.
La verdad es que vaya birria de superpoderes más restringidos. Para tener un don así, casi mejor que me quedo como estoy (me descojono, por cierto, con lo de José Mota, que de vez en cuando tiene sus puntos, con ese remedo de La Masa que tiene minivelocidad y minifuerza)
Tal como han dicho, digno de dar nacimiento al subgénero del micro-comic-cañí.
Un par de personajes fantásticos -en todo el sentido- que podrían habernos dado mucho más de no haber muerto.
Excelente, Manu. Lo bordas.
Me imagino al periodista escribiendo la noticia a ocho manos. Llenando la página de tinta calamárcica para regresar después fumándose un camarón a su húmeda cavidad, una pequeña mesa que hace esquina y frente con el baño de la redacción...
Eres grande Manuel.
Para mí este micro demuestra tu capacidad observadora y como reelaboras la realidad, solo tú puedes transformar una vulgar e incluso trsite riña de borrachos en una lucha de superhéroes...
Un abrazo
Si es verdad que hay cosas de la realidad que estando sobrios se nos escapan. Besos.
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