Encontré un viejo diario en una papelera durante una oscura
mañana de domingo. Tenía surcos con forma de letras en las hojas, como si una
goma hubiera borrado frases escritas a lápiz. Al llegar a casa cogí un
bolígrafo. Fuera llovía. En la escena que describí en aquella agenda brillaba
el sol más amarillo que fui capaz de imaginar. Casi podía coger los rayos con
la mano. Descorrí la cortina. El chaparrón paró en seco y una luz brillante y
clara entró a través de la ventana, iluminando mi salón por completo, hasta que
me sangraron los ojos. Escribí sobre una hermosa mujer de cabellos negros que
llamaba a mi puerta y a los dos segundos, mi personaje tocó el timbre, se tumbó
en el sofá, y realizó exactamente todas las prácticas amatorias que había
descrito en el papel. Cada escena ficticia que describía en la agenda, ocurría
en la vida real. Hice inversiones que me reportaron beneficios millonarios.
Conocí a la gente más interesante del planeta. Viajé por los países que
merecían la pena. Rellené cada rincón de este diario. Anoté apuntes en cada
margen, hasta que no quedó ni un trozo de papel, ninguna hoja sin letras. Borré
todo con típex para escribir encima, pero a medida que iba suprimiendo frases,
todo iba desapareciendo. Mi mansión se evaporó. Mis amigos famosos me
abandonaron. Mis amantes se fueron. Como si jamás hubiera ocurrido nada de lo
que había vivido. Como si el típex hubiera cubierto todo de de blanco. Todo.
Igual que una espesa y fría capa de nieve.
20 comentarios:
Me encanta!! Mira qué buen comienzo del día.
(el típex también puede ser positivo, voy a darle típex a unas cuantas cosillas hoy)
Besos Sr. Espada
Hay que tener cuidado con lo que se desea, no vaya a ser que se cumpla, y lo peor de todo es que después, se puede esfumar, tal y como ha venido.
Supongo que siempre podrá reescribir ese diario y aprender de los errores hasta ir mejorando su "escritura"
O sea, que ayer sale la palabra típex en un comentario, y a las pocas horas te sacas este micrazo de la manga. ¿Cómo lo haces? Me gustó mucho. Pero mucho. Abrazos cargados de envidia (ya no sé si sana o cochina).
Después de los comentarios, contracomentarios y recontracomentarios del otro día, supe que el típex estaba llamando a la puerta, sin duda, y hoy ha encontrado un resquicio por donde encarnarse a través de tus letras (sería tu trasunto literario, el típex que imaginó que protagonizaba un cuento y súbitamente lo protagonizó, la inmediatez del mundo actual). Mañana protagonizará mi intervalo, qué jodío. Eso sí:
Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase la goma de borrar MILÁN.
Buen cuento, Manu
La duda reside en lo que hubiera ocurrido si jamás hubiera utilizado el típex. Pero ahí, en el centro de su codicia, aparece el objeto inanimado y se convierte en personaje principal por méritos propios. La última frase me encanta. La carga lírica nos abre la puertas al desasosiego, a la nada.
Abrazos.
Si Bécquer levantara la cabeza, Manuel...
Manu, la magia es lo que tiene, que se puede volver en contra. Yo nunca he utilizado el tipex pues dónde esté un buen tachón...
Muy original este micro donde se convierte en realidad lo que se escribe.
"Que me toque el cupón".
Un abrazo.
Muy bueno, Manu. Es casi un capítulo más de "La Librería", allí Nemesio prendió fuego a su diario y corrió a incendiarse, y aquí el nuevo personaje, en primer lugar cree que escribe libremente su destino, pero en realidad desliza el bolígrafo por los surcos marcados de su diario ya escrito, y cuando descubre que ha llegado su fin, intenta evitarlo como diría La Fontaine y se dirige inevitablemente al mismo, escribiendo ahora con tippex su frío y algo desolado final.
No es un relato triste, ya que mientras hubo papel y tinta, hubo baile, y podríamos aplicarle el dicho de ¡que le quiten lo bailado!, o de forma más precisa ¡que le quiten lo borrado!.
Gracias por el relato. Abrazos.
¡Que difícil es reprimir la codicia de emociones!
Con ese modo deslizante que tienes de narrar nos haces desear convertirnos en tu personaje pensando en que utilizaríamos el tippex sólo para mejorar aquello que nos nos hubiese quedado perfecto.
Es un placer leerte, Sr. Espada.
Un abrazo.
Manu, me gusta la sensación de bucle que crea el micro, pues creo que ahora otra persona podría encontrarse el diario y volver a reescribirlo... Mantengo lo dicho, ¡viva el tipex!
Tengo una idea para un micro en la que también sale un diario, pero aquí la cosa es un poco angustiosa por lo menos al principio... Cuando algún día lo publique no me digas que te plagié... ;)
Baci
A sus pies.
Es un relato genial. La fría y blanca capa de nieve es como cerrar los ojos y sentir la soledad.
Un beso
Probablemente el siguiente que se encuentre el periódico sea con una nueva tecnología de borrado, quizá recicle el papel una y otra vez y se borre su vida en mitad del reciclado.
Un bucle muy interesante, sobre todo el final, esa nieve que da la sensación de que lo borra a él también.
Un abrazo
Ayer hablabas de tipex y hoy tenemos micro con ese elemento. ¡increible! Aunque este tipex da un poco de miedo. Eso de que lo cubra todo de blanco asusta.
Besitos
Jo, me ha gustado la metáfora del tipex con la nieve... y que todo lo borra y llega el invierno...
Besicos
No puedo dejar de hacerme una pregunta. El proceso de borrado con tipex es sumamente lento... ¿Por qué sigue borrando cuando comprueba que la operación hace desaparecer todo aquello de lo que se ha rodeado?
Pues tienes razón, Alberto, quizá el personaje debería tener algún tipo de reacción, pero él cree que una vez que esté todo borrado podrá empezar de nuevo, y es lo que pretende, porque esa vida ya le aburre y quiere otra, pero se queda en blanco, y solo.
Yo creo tener una respuesta para lo que apuntáis, porque yo me hice la misma pregunta... a la vez que borra lo que pasó se borran los recuerdos y cuando termina de borrar el periódico, él mismo ha desaparecido en esa capa de nieve.
No sé. El final me lleva a la pérdida de la memoria. Me ha gustado el uso que le das a "describir". No deja de ser la vida de otro la que al final ha vivido.
¡Que relato tan bonito e imaginativo, me ha encatado! Eres fenomenal niño y siempre disfruto de tus letras.
Besicos mcuhos.
Un buen ejemplo de porqué no hay que borrar nunca lo que uno escribe...
Un beso,
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