6/09/2011

"D-LAQUI"


La gente comenzó a morir de pena (lentamente) por culpa de un microbio llamado “D-laqui”. Al principio se desconocía el foco de la infección, pero las autoridades sanitarias descubrieron que todos los fallecidos eran lectores de ciencia ficción. El Gobierno incautó los libros del género para destruirlos, pero los expertos revelaron justo a tiempo que solo estaban infectados los libros de la editorial Grange. A los pocos días, los científicos concluyeron que era un título concreto el que estaba contaminado: “The lumber”. La investigación concluyó que ese libro contenía un microrrelato mortal de naturaleza vírica y se contagiaba en Internet a través de los blogs. Para acabar con la cepa, destruyeron todos los posts en los que aparecía publicado el texto. Menos éste.

18 comentarios:

Puck dijo...

Aaaaaaahhhhhhhh!!!!! Que alguien se encargue de regar mis plantas cuando muera.
Saludillos moribundos

David Moreno dijo...

Cagón to! Ahora también estoy infectado por el D-Laqui!!!!!! Maldición...
Pues nada mejor desaparecer con rapidez que desvanecerme lentamente...

Un saludo indio

Odys 2.0 dijo...

El verdadero foco de la infección. Y eso que no tiene forma de pepino :-)

AGUS dijo...

Menudo quiebro de cintura en la última frase. Todo un fogonazo. Y de fondo, entre líneas, la realidad más rabiosa y un efecto mariposa contagioso.

Abrazos.

Luisa Hurtado González dijo...

A mi lo de morir lentamente, me fastidia, pero no mucho porque es lo que hago, quiera o no.
Pero lo de morir de pena ........... jo ... eso no te lo perdono.

montse dijo...

Lo más original es el nombre del bicho. Parece una marca de yogur. Me gustó la curva al final.

Maite dijo...

Hoy solo te voy a decir una cosa, ¡qué bueno eres, joio! Abrazos pandémicos

Rosa dijo...

Morir de pena!!! Que malvado bicho.
¿No podia haber sido de risa?

Muy bueno Manuespada.
Besos penosos desde el aire.

Víctor dijo...

Aunque a la mitad del relato intuí el final, Manu, me gustó cómo lo llevaste de la mano. Además, también sé (o intuyo) cómo acaba la vida y no por eso me deja de gustar. Abrazos!

Ángeles Sánchez dijo...

Me ha encantado tu micro, pese al virus, ahora toca morir de pena...o quien sabe, igual el virus mute en algún momento y nos muramos de risa.

Un abrazo

Unknown dijo...

G E N I A L!!!!
Te escribiría mas, pero me lo impiden estas ganas de llorar...

Miguel Baquero dijo...

No se me ocurre en qué te has podido inspirar para este microrrelato, magnífico como siempre

Anónimo dijo...

Pa mí que tú tenías enchufe con las autoridades...cof, cof, cof...¿qué me está pasando? Cof, cof, cof...

Celsa Muñiz dijo...

¡Socorroooo!, jajajaja
Nuevamente me asombra su ingenio.
Da gusto infectarse así.
Salud.

Anita Dinamita dijo...

No hay de qué preocuparse, ya he hablado con una empresa farmacéutica y han comenzado a preparar el medicamento que lo cura, de hecho ya lo tenían fabricado (curiosamente también tenían la revista), la dosis efectiva son tres pastillas al día durante 7 días, cada pastilla cuesta solo 20€, razón aquí.
Y un abrazo por si aca

Elysa dijo...

Después de leer este, ya sé lo que me espera...

Genial

Lola Sanabria dijo...

Voy a ver si cargo con un buen matavirus y verás tú...¡Bichitos a mí!

Besos sin virus.

Belén dijo...

Oh cielos, y va y lo leo...:S

Besicos