3/05/2010

LOS ZAPATOS


Basado en un testimonio real

¿Dónde has dejado tus zapatos? —gritó la chica de quince años a su hermano pequeño, un crío de ocho años que encogía los pies aterido por el frío en un rincón del vagón. —¡Nunca cuidas de tus cosas, eres un desastre! —le abroncó mientras el tren llegaba a su destino. Entonces los separaron y jamás se volvieron a ver. El niño no sobrevivió. La chica, hoy una anciana, cuando salió de Auschwitz, se hizo una promesa: “Nunca volveré a decir nada que quede como la última cosa que dije".

23 comentarios:

Isabel Mª dijo...

Me ha llegado al alma Manu. Yo tengo es "manía" desde siempre y procuro siempre acabar un beso las despedidas, siempre.

Un besazo o dos, Manu, nunca se sabe.

David Moreno dijo...

Triste y duro relato, y más sabiendo que está basado en hechos reales.

Un saludo indio

Anónimo dijo...

jajaja,muy bueno...pero...ya sabes que yo espero más!!
Kuss

Belén dijo...

Ups...

Lo tendré en cuenta...

Besicos

LA ZARZAMORA dijo...

Es duro el relato Manu.
Pero nunca se sabe cuando llegará ese triste y último momento.
Ni ellos mismos sabían hacia donde los llevaban.
La culpa es el peor de los sentimientos.

Buen micro.

Besos, Manu.

Anónimo dijo...

También pensé en Buchenwald, en esas fotos terribles en blanco y negro de montañas de zapatos...ya sin dueños.
Besotes

Víctor dijo...

Terrible relato, Manu. A veces yo también pienso en eso de "qué" se dice en las despedidas, por si por desgracia acaban siendo las últimas palabras. Un saludo y espero el próximo.

BB dijo...

Cómo duelen esas historias de aquel horror! Ella lamentará toda la vida, no haberle dado un beso en lugar de retarlo...
Bellísimo, Manu
Besos, muchos
BB

Esteban Dublín dijo...

Durísimo.

Manu Espada dijo...

No sé si habéis visto "La decisión de Sophie", en la que los nazis hacen elegir a u na madre entre su hija o su hijo, ella tiene que tomar una decisión que le atormenta el rest de su vida. ¿Os imagináis algo así? Terrible.

Sinuosa dijo...

Es tremendo. Sí, "La decisión de Sophie" me vino a la mente cuando te leí. Aquella escena era desgarradora, me quedó clavada, te lo aseguro.

pepa mas gisbert dijo...

Es triste pensar que lo último que le dijimos a alguien fue algo doloroso, pero estar pendiende de lo que decir siempre por si es el último momento es también triste y desolador.

Un abrazo

BB dijo...

Si leí el maravilloso libro, Sophie´s Choice. También vi la película con la estupenda Meryl Streep. Brutal, para decirlo con la única palabra que cabe aquí.
Ella hizo su escogencia y no pudo superarlo.
No puedo abordar nunca ese tema del Holocausto, que hoy dicen que no existió, sin llorar. Y no soy judía.
Besos, Manu
BB

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Cuanta mella dejan esas frases dichas sin pensar, cuando ocurre algo que es irreparable, creo que a muchos nos ha pasado alguna vez.

Besicos muchos.

Miguel Baquero dijo...

Es de suponer, entonces, que no volvió a hablar más.

Fenomenal relato, me ha gustado muchísimo. Resulta estremecedor como las frases más cotidianas, en otro xontexto, pueden llegar a ser terroríficas

Margaret dijo...

Entiendo el sentimiento de culpa, pero es imposible preveer los acontecimientos ni imaginar que un momento presente, una conversación intrascendente pueda ser la última, como ocurre cuando pensamos en alguien que nos ha dejado.
Y sobrevivir a Auschwitz o cualquier tragedia similar debe de ser muy difícil de sobrellevar, sobre todo si uno sobrevive y los demás mueren.

Me gustó mucho el libro de Viktor Frankl "el hombre en busca de sentido" y su visión desde el punto de vista psicológico de una experiencia tan traumática como es el paso por Auschwitz y sobrevivir a eso.

un saludo,

Anónimo dijo...

La memoria y el olvido

¿Dónde vas hijo?
Al monte madre, al maquis.
Llévate las botas de tu padre, ya no las necesita, y el abrigo de tu hermano, ya no lo necesita, y la gorra de lana de tu primo, ya no la necesita.
Al mes, la guardia civil le dejó a madre las botas en la puerta.

Sue dijo...

Vaya, son de esas anécdotas que te dejan clavada en la silla, a la espera de que alguien te de una bofetada.
Una nunca sabe si va a volver a la persona de la que se despide, yo al menos no lo pienso, pero tiene su aquél...aunque, por otra parte, ¿no hay ya bastantes motivos para deprimirse?

Mr Blueberry dijo...

Que pena tío y pobrecilla, que eso sea lo último que le digas a tu hermano...

Abrazotes

Citopensis dijo...

La vida.

Que h*** de p***.

Para el que quiera entenderlo.

Un saludo.

Elena Casero dijo...

Siempre hay que tener en cuenta con lo último que se dice. Como en este caso, puede resultar terrible.

Un beso, por si acaso

Raúl dijo...

Esa madre que despide a su hijo con un reproche, la noche en la que éste perecerá en un accidente automovilístico.
No se dieron el beso de costumbre para decirse hasta luego.

Anónimo dijo...

Y seguramente lo cumplió.

Terrible, la anécdota que alimenta su relato.

Un saludo desde el Tuy venezolano.