Necesitaba cambiar mi identidad para el
pasaporte. Noté un resplandor flamígero y el fotomatón escupió un plástico
rectangular de tonos azulados que alternaba texturas transparentes, traslúcidas
y opacas. Posé la radiografía sobre la luz blanca que desprendía la pared de
aquel cubículo y comprobé cómo en el lugar en el que debía estar mi corazón,
una vieja locomotora similar a la que conducía mi padre echaba humo, como si el
vapor de su caldera de carbón fuera el que me mantuviese con vida. En el sitio
de los pulmones reconocí los fuelles que usaba mi madre para avivar el fuego de
la chimenea. El hueco del cerebro estaba ocupado por los rescoldos moribundos
de una antorcha, y una enorme garrafa vacía hacía las veces de estómago. Dos
lágrimas de gasolina gigantes sustituían a mis riñones. Mi tráquea era una
botella de aguardiente, y las ruinas de nuestra casa calcinada invadían los
cimientos del hígado. No he vuelto a hacerme un retrato jamás. Nunca me gustó salir
en las fotos.
30 comentarios:
El protagonista como médico no vale un pimiento, pero como pirómano tiene un futuro prometedor.
Genial el desguace interior que nos muestras.
Un abrazo.
Manu, por suerte este tipo de retratos aún es vigente, porque si así fuese, no quiero ni pensar que instantáneas conseguiría mostrar de cada uno de nosotros.
Hay que ver con que precisión la cámara recoge el interior de la persona, muy bueno. Y a la primera.
Un abrazo.
Un retrato casi genético construido a base de retazos, recuerdos, historia. Cada órgano se sustenta en el otro, equiparando a esa sala de máquinas que podría ser la unidad familiar que tras el incendio de la casa se desmorona. Un pieza que aglutina diversas historias fragmentadas que se escapan, o que quizás el olvido se empeña en borrar. Me gustó mucho.
Abrazos.
Esto sí que es un retrato, capaz de ver lo que se mueve en el interior.
Original (aunque esto es decir poco, porque te superas día a día)
Un saludo indio
Me gustaba la prueba de "El espejo de la verdad" a la que se sometía Atreyu en "La historia interminable". Y es que no todos pueden mantener la mirada ante el rostro verdadero que se oculta bajo la capa de vida. Instructiva visita guiada hacia los avernos personales.
Si nos fotografiaran el interior, más de uno saldríamos despavoridos del fotomatón. Mejor nos quedamos en la epidermis. Muy buena metáfora.
Abrazos no radiografiados.
Qué peculiares somos por dentro. Nunca me gustó hacerme radiografías. Una nunca sabe lo que pueden sacar a la luz. Me quedo con la cara es el espejo del alma, y yo, como se poner cara de buena, pues eso...
Muy bueno, como siempre. ¿Pa mí que quemó la casa no?.
Me gusta esa transgresión de formas cn la que consigues la complicidad del lector, Don Manu. Ese juego intertextual que hace posible lo increíble.
Un abrazo admirado, como siempre.
Excelente autorretrato interior, Manu, uno es lo que ha vivido, y eso, en algún sitio se refleja.
Me ha recordado un poco al libro de "La mecánica del corazón", una gran historia.
Besos
Casi una epopeya familiar. Una propuesta interesante.
Somos el fuego que bautizó a los nuestros; y a veces hasta somos nuestros.
Excelente, un fuerte abrazo.
A mi me dio una sensaciñon de familiaridad muy linda. Me hizo acordar un poco a mis abuelos. Voy a ver qué sale en mi foto.
No una imagen sino un collage entero que radiografía muchos capítulos de la vida del protagonista... y todo en un carné de identidad. Qué pánico, andar por el mundo con semejante identificación en la mano.
Excelente, original, muy tú.
Abrazos
Retrato interior deconstruido de una vida, de muchos instantes.
Si no hace mucho en la conversación del viernes en casa de Susana se decía que se escribe lo que te gustaría leer, a mi me ha pasado con éste. Lo leo y me entusiasma porque me gustaría haberlo escrito.
Pero se me adelantaron. Genial Manu.
Abrazos
Una foto que bien podía ser el reflejo del espejo cuando por la mañana nos miramos.
Como siempre, genial. Ya echaba de menos leerte.
Besicos muchos.
Paciente mujer de mediana edad portadora de tubo de drenaje torácico en quinto o sexto espacio intercostal de hemitórax izquierdo. A destacar gran enfisema subcutáneo en probable relación con la inserción del drenaje.
No objetivo el alma.
Puede que se haya escapado.
¡Ya sé porque no veía el alma!
Porque el tubo está en el hemitórax derecho.
Fallo garrafal...
El retrato del personaje colosal. Letra a letra vas conociendo su persona de una forma pasmosa. La radiografía genial.
Vaya, Antonio, no contaba con que pasara un médico por aquí. Y de veras no se ve todo lo demás? Quizá el tipo sea un psicópata.
Qué retrato!!! Yo tampoco querría salir en las fotos. El alma al desnudo.
Abrazos
¿Quién es Antonio?
Quizá es el que puso el tubo de drenaje entre los fuelles.
Quise decir Alberto, que maneja tubos más pequeños, no?
Es que curiosamente te apellidas casi igual que un amigo mío llamado Antonio, me refiero al segundo apellido, que te habrá dado guerra.
MIra que veo al día radiografías, y no veo cosas tan chulas...
Besicos
Manejo tubos más pequeños, efectivamente.
Aunque suene raro.
Un saludo.
Su vida se le metió dentro haciendo estragos...Muy bueno Manuespada.
Besos desde el aire
Justo ayer me hicieron unas cuantas fotos de estas, aunque no creo que el especialista me las relate como tú, aunque también es cierto que no me ha dado por ser una psicópata pirómana, por ahora. Buen retrato interior el tuyo.
Besitos
Es un buen retrato de interior. No me gusta verme así. me recuerda a uno que escribí yo pero basándome en mi propia casa y sus excrementos.
Un beso,
Creo que nos veremos el día 17
tienes razón, es el día 18. Me he líado porque el 17 presento Discordancias en mi banda de música.
La edad que no perdona.
Besos
¡Millasiano a tope!
Tu texto me lo ha recordado muchísimo.
Besos
Publicar un comentario