12/15/2011

(DES)CUENTO DE LA LECHERA (MICRORRELATO DE AUTOAYUDA)


La lechera tiró el cántaro y su contenido se derramó sobre el suelo. Sonrió y caminó a su casa risueña, soñando despierta. Cuando el hijo del molinero le pidiera bailar en las fiestas mayores del pueblo, le diría de primeras que sí y luego le daría calabazas y las chicas del pueblo fliparían y la llamarían “calientapollas”. A continuación se rasgaría el vestido nuevo color verde con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura hasta convertirlo en jirones propios de una buscona. Se dirigiría a casa caminando con aires de zorra y asfixiaría a los pollitos que vendió al vecino para comprarse el vestido verde. Luego aplastaría los huevos de las gallinas, quemaría su  granja, destruiría la mantequilla que fabricó con una nata hecha a base de leche caducada y se iría a dormir hasta que se presentara en casa otro cliente.

25 comentarios:

Mar Horno dijo...

Excelente. Lo que provoca que se rompa un cántaro. Los caminos del azar, los caprichos del destino y las putadas de la mala estrella son enescrutables. Sencillamente perfecto. Un saludo.

Margaret dijo...

¿desmontando mitos?
muy bueno, por cierto!

Luisa Hurtado González dijo...

el cantaró ¿se le cayó o lo tiró?

manuespada dijo...

Buena observación, Luisa. Lo tiró, sin duda alguna.

Javier Ximens dijo...

O sea, que el cuento de la lechera acaba bien. Siempre lo sospeché. Es una buena deconstrucción del mítico cuento.

AGUS dijo...

Sí, es genial el arranque, el detalle de decir "lo tiró". Desde ahí abres una incógnita que luego pasa inadvertida en toda la fabulación - genial por cierto - hasta resolverse al final, en el cierre. El acto de arrojar el cántaro para soñar un sueño delirante se convierte así en un gesto de impotencia y denodada tristeza cuando nos desvelas el final del cuento. Espléndido, Manu.

Abrazos.

ernesto ortega dijo...

Joder, con la lechera. Mejor no encontrarse con ella. Muy bueno, Manu.

Super Yors dijo...

Muy bueno. El próximo el ratoncito Pérez.

Hasta el infinito y más allá

Nicolás Jarque dijo...

Manu, lo que me gusta de este anti-cuento es la mezcla de lo clásico con el lenguaje actual, y el trastoque de sentido de uno a otro. También recoge su moraleja, sin duda.
Me gustó mucho.
Un abrazo.

Esteban Dublín dijo...

Manu, tú y tus ideas que siempre la sacan y nos descolocan. Va mi abrazo.

Miguel Baquero dijo...

Pero luego, como en el cuento pero al revés, seguro que pasa algo que lo trastoca todo y el cuento acaba con con un final feliz que la protagonista no quiere ni falta que le hace

Enmascarado dijo...

Y encima de todo se quedó tan pancha.
Muy buena versión, retorcidilla...pero actual.
Saludos

Elysa dijo...

O sea que ahora te has lanzado a escribir micros de autoayuda... ¡pues vaya!
No deja de sorprenderme tu creatividad, Manu.
Y mira, casi que me quedo con esta versión del (des)cuento de la lechera.

Besitos

Pablo Gonz dijo...

Me gusta y me jode.
Me gusta porque sí y me jode porque hace unos días escribí algo parecido que se llama "Un cuento de la leche". Te lo mando por privado.
Abrazos enormes,
P

Lola Sanabria dijo...

No sé si habrá sido la mejor opción, pero desde luego, este putón verbenero me cae mejor que la tontorrona del principio.

Abrazos sin derramamiento de sangre.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Las chicas buenas ven sus sueños vertirse con la leche del cántaro, la malas se divierten.

A mí, que nunca me gustó la leche, me gusta tu lechera, Don Manu.

Un abrazo,

Arte Pun dijo...

Muy bueno el descuento. Se trata del cuento de la lechera tirado para atrás, como cuando le das para atrás a una película. Este cuento siempre había arrancado con la buena moza y su cántaro de leche, y tú has sabido indagar en su archivo. Podía haber imaginado lo de calientapollas, pero no lo de zorra. Muy divertido el relato, gracias.
También me ha gustado mucho la ilustración que has hecho para el descuento.
Abrazos

Belén dijo...

jeje, si es que siempre pensé que la lechera era un poco rarita...

besicos

Susana Camps dijo...

Me gusta esta lechera con mala leche. A ésta no se le desbaratan los sueños, sino que los desbarata ella de un zarpazo. Supongo que el eje que vertebra ambas historias es que los sueños, sueños son... qué le vamos a hacer.
Besos

Maite dijo...

Si es que ya sabemos que las chicas buenas van al cielo, pero las buenas...se divierten.
Siempre me han parecido muy perjudiciales psicológicamente lis cuentos, por eso, me encanta este (des)cuento. Abrazos

Elena Casero dijo...

Me ha encantado ese relato desmontado.

Muchos besos

R.A. dijo...

A mí también me ha gustado mucho, por romper con el cuento y por romperle esquemas al lector, lo de autoayuda es un guiño muy bueno con su miajilla de mala leche que para eso era lechera...

Abrazos

Raúl dijo...

¡Con dos cojones!

Anita Dinamita dijo...

Manu, antes había un programa en La 2, ZZZ de El Terrat que contaba los cuentos después del final feliz... el tuyo podría contarse ahí, lástima que se terminó el programa!
Me ha encantado esta lechera de rompe y rasga, pero con la vida que tenía, como para no!
Abrazos

Jesús dijo...

Siempre sospeché que había tirado el cántaro. Esa mujer no me había transmitido buenas vibraciones. Esa cara... Era un secreto a voces. ¿Quién iba a creer a un niño de seis años? ¡Nunca me atreví a decírselo a mi madre!