3/04/2011

EL DONANTE


Bien entrada la madrugada, suena el timbre en una recóndita base de La Cruz Roja. El voluntario abre y se encuentra a un hombre de unos sesenta años con una bolsa de viaje.
—Buenas noches, ¿qué quiere?
—Tengo que estar en cuatro horas en un hospital de Madrid para un trasplante.
—¿Cuatro horas?
—Es lo que dura vivo un órgano fuera del cuerpo.
—¿Y no tiene nadie que le lleve a Madrid?
—No.
—¿Amigos? ¿Familia?
—Nadie. Estoy solo.
—Hoy no tenemos ningún conductor de ambulancia disponible.
—¿Qué puedo hacer?
—Le pagaremos un taxi.
—Solo quiero alguien a mi lado.
—Lo siento, los voluntarios no prestamos ese servicio.
—¿Tú tienes corazón?
—Por supuesto, pero no podemos salir de la provincia.
El hombre, tembloroso, sube a la parte de atrás del taxi. Se gira y dirige su mirada llorosa hacia la ventana de la base.
—Gracias —susurra mientras sujeta con fuerza contra su pecho la palpitante bolsa de viaje.

24 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

¡Chiquillo!, ¿nos hemos puesto de acuerdo,hemos tenido retransmición de pensamiento?
Aunque como siempre tu relato se sale de lo común y es fabuloso.
Besicos muchos.

AGUS dijo...

Genial. Me parece dificilísimo contar una historia tan bien demilitada a través de un diálogo. Y precisamente lo que no escribes, el hueco en blanco entre "provincia" y "El hombre", es donde se encierra el micro, la elipsis, el lugar donde el lector debe imaginar. Excelente, Manu.

Abrazos y buen fin de semana.

Propílogo dijo...

Brillante, Manu. Además de la genialidad del salto de línea, de párrafo, hay por debajo una sencillez en la descripción, que dibuja la escena de manera muy clara, pero dejando el protagonismo al diálogo. O sea, que lo he leído tres veces, y luego he visto la escena, y he pensado que había detalles que me estaba inventando, pero lo vuelvo a leer y veo que no, que realmente están ahí: "madrugada", "recóndita", "timbre", "abre", "bolsa de viaje"...
Saludos admirados.
Gabriel

Rocío Romero dijo...

Jope Manu...
"—Solo quiero alguien a mi lado.
—Lo siento, los voluntarios no prestamos ese servicio."
Sólo eso es ya un micro excelente, el conjunto increíble, me quedo también con el sentido "gracias" del final. Enhorabuena y abrazos

Manu Espada dijo...

Este micro está basado en una historia real. Ocurrió así tal cual, salvo la parte final. Una noche llegó un hombre a la base de socorro en la que hacía la objeción. Le trasplantaban un corazón en cuatro horas, y no tenía cómo ir a Madrid, ni familia, ni amigos. Le pagamos un taxi, y el hombre se fue mirándonos con cara de pena a través de la ventanilla trasera del coche, porque no tenía ni una mano a la que agarrarse en un momento tan importante. Un amigo mío está haciendo una canción con esta historia, que yo he cambiado "ligeramente" para el microrrelato.

Miguel dijo...

Escalofriante. Esas es la palabra. La necesidad es lo que tiene.

Saludos

Belén dijo...

Ay que dolor...

Me ha encantado

Besicos

LA CASA ENCENDIDA dijo...

¡Que historia más bonita Manu y que soledad la de ese hombre,para que luego nos quejemos y lo digo con conocimiento de causa!
Mas besicos.

Anita Dinamita dijo...

Brutal, Manu
Supongo que la pregunta es innecesaria porque a la vista está que con este micro has conseguido acompañar a este hombre, pero ¿no os dio la tentación de acompañarle en el taxi?
Un abrazo y gracias por tan bonita historia, tan de hoy.

Unknown dijo...

Coincido línea por línea con el comentario de Rocío Romero.

Estremecedor micro, horrorosa realidad.

Un abrazo

Daniel Sánchez dijo...

LOS DIALOGOS son perfectos y la narración brillante.

Esteban Dublín dijo...

En algún momento escribí una idea similar, pero aquí hay un mérito extra y es la singularidad del diálogo. Felicitaciones, Manu.

Elysa dijo...

Genial y muy visual gracias a los diálogos. Y esa parte final donde el lector tiene que echarle imaginación.

Saludos.

Jesus Esnaola dijo...

Genial, Manu, un retrato de la soledad de un hombre, y pese a ello la voluntad de seguir adelante. Lo típico es que un hombre en una situación así casi prefiera morirse.

Abrazos.

Pedro Alonso Da Silva dijo...

Impactante relato. Me sobrecoge la pregunta "¿tú tienes corazón?", uff...¡qué duro! Un abrazo, Manu.

Puck dijo...

Esa parte en la que le pregunta si tiene corazón y la respuesta me parecen geniales. Uno imaginaría así a un funcionario cualquiera pero en este caso le da una crudeza especial.
Saludillos

MANUEL IGLESIAS dijo...

Suscitar emoción, con ello el micro sobrepasa y se eleva incluso al impacto anecdótico. Manu, abrazos.

Manu Espada dijo...

Muchas veces pienso que fue de aquel hombre, del que nunca volvimos a saber nada. Y sí, tuvimos la tentación de acompañarle en el taxi y convertirnos así en insumisos en vez de en objetores, pero nos flató valor. Al año siguiente despenalizaron la insumisión y la mili dejó de ser obligatoria.

pepa mas gisbert dijo...

¿Como ha llegado un hombre a esa soledad? ¿A ese "sin amigos"?. Muy triste, no solo por lo que cuentas, sino lo que trae acarreado el protagonista a sus espaldas.

Juan F. Plaza dijo...

¿Te pasó siendo voluntario de la Cruz Roja? ¿Todavía tienes tu corazón? ;)

Manu Espada dijo...

Bueno, woody, no era voluntario, era objetor. El corazón creo que sigue en su sitio. Creo.

Anónimo dijo...

Es que no quiero ni imaginármelo... ¡qué repelús!

Genial que lo logres en tan pocas líneas, Manu.

Un beso,

Araceli Esteves dijo...

Las mejores historias surgen de experiencias reales. Para muestra tu botón.

Torcuato dijo...

La pregunta "¿Tú tienes corazón?" me ha llegado al idem.
Un abrazo, Manu.