3/18/2009

DE LETRAS


Se le dibujaba una sonrisa cada vez que aparecíamos por clase. Así era el maestro. No le gustaba castigarnos. “Bastante tenéis con vivir en chabolas, pero aprender a leer os puede salvar la vida”, nos decía. “¡Vamos, no joda!”, le respondíamos entre carcajadas. Al día siguiente nuestro amigo Nambú salió de su choza de barro. La escuela le caía bien lejos del poblado. Fue hasta el vertedero a buscar cosas viejas. Encontró una bici oxidada y pedaleó hasta coger una pájara. Paró en la cuneta y fue hacia un caño del que salía un chorrito de agua. Bebió hasta hartarse. Sobre la fuente había un cartel: “Peligro, agua no potable”.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresionante relato en tan pocas líneas. Contundente y aleccionador.

Anónimo dijo...

Es duro, ejemplar.
Besos

Belén dijo...

Olé, gran lección!

besicos

Raúl dijo...

Manu, a mi entender, si al micro se le quita la frase final, sólo esa frase final, hubiera resultado redondisimo; como practicamente todos los que publicas.

Manu Espada dijo...

Tienes razón Raúl, te haré caso. Gracias por el apunte.

Anónimo dijo...

Otro que no hizo caso al maestro!
Me encantó!
Abrazos
BB

Susana Peiró dijo...

Vaya Manu, el relato bien puede ser usado en una campaña educativa!

Las letras salvan vidas...y espíritus también Querido Amigo.

Mi abrazo!

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Me ha encantado Manu. Siempre tan perspicaz y haciendo pensar.
Besicos muchos.

Froiliuba dijo...

Contundente micro, lo has bordado, enhorabuena Manu.

Condensas toda la importancia de la idea en una sola frase, genial

Me gusta que siempre que paso por tu casa encuentro que tus textos son frescos y diferentes.

besos

...flor deshilvanada dijo...

Durísimo, por que el mundo está lleno de chicos con historias así.

Un beso Manu!

pepa mas gisbert dijo...

Estupendo texto con su punto de humor negro. Yo añadiría que mejor que saber leer hubiera sido no tener sed, pero es que mi Alma es de ciencias puras.

Saludos, repito, estupendo texto

Anónimo dijo...

Yo también creo que la frase final:
“Peligro, agua no potable”, no es necesaria. Hay un cartel. Eso es suficiente para que el lector complete la historia, y además la hace más inqietante.
Un saludo.