4/04/2011

CREACIONANTROPÍA (III)

Unos hechos terroríficos e inexplicables comenzaron a manifestarse en la segunda luna llena del año universitario. Durante una cena de rectorado, el Doctor Antonio Cebrián, darwiniano convencido, transmutó su encendido discurso evolucionista en un sermón de corte religioso mientras su vientre liso se convertía en una barriga semejante a una inmensa bota de vino y una calva despoblaba su tupida coronilla. Luego, su ropa de profesor al uso (vaqueros gastados y jersey de cuello alto) se transformaba en un hábito blanco de la orden del Císter, y una cruz abacial brotaba de su mano. Desde entonces, las noches de luna llena sale a la calle y, Biblia en mano, entona soflamas creacionistas a la puerta de la Facultad de Ciencias Biológicas, ante los rostros atónitos de los alumnos que aún permanecen en el campus. Al día siguiente, Antonio se despierta con una terrible resaca de vino dulce, junto a varias ediciones del Antiguo Testamento (una de ellas con ilustraciones de Adán y Eva en el Paraíso), sin recordar lo acontecido durante la noche. Cuando la primera parte del Génesis comienza a aflorar de sus labios, Antonio saca una estaca y se la clava en el pecho, pero no funciona (no es un vampiro), y, presa de un ataque de ira divina, se flagela con un tomo de “El origen de las especies”.

13 comentarios:

ernesto ortega dijo...

¡Buena serie! Esa lucha interior entre ciencia y religión debe atormentar a más de uno. Me gusta mucho el final, con el cura dandose golpes con el Origen de las especies, pero me quedo con la pija tuneada. (Por si ayuda al principio hay dos transmutaba bastante seguidos).

Manu Espada dijo...

Cierto, gracias Ernesto, lo cambio.

AGUS dijo...

Manu, me he parado en seco en el apellido Cebrían. No puede ser casual, creo. Me encanta esta serie que poco a poco vas construyendo. Admiro tu capacidad de revertir la realidad y la verosimilitud que impregna la historia. Espero la próxima entrega. Muy bueno

Abrazos.

Juan F. Plaza dijo...

Cuidas los detalles. El de la resaca de vino dulce no es gratuito, jejeje

Belén dijo...

Dile que pruebe con balas de plata... creo que los curas mueren así :P

Besicos

Unknown dijo...

Me has hecho reír Manu.
Los deliciosos detalles que ragalás al texto me hacían esperar un final con trompetas divinas y, quizá, un nuevo comienzo.

Aplausos!

Miguel Baquero dijo...

¡¡Qué metamorfosis más chunga!!!

Jesus Esnaola dijo...

Está muy bien esta serie de transformaciones que te estás sacando. Casi la llamaría serie de las dudas porque de algún modo simbólico, casi desdicho por lo extremo de los cambios, me trae a la cabeza las inseguridades, desconocimientos y... dudas con que convivimos.

Abrazos.

David Moreno dijo...

Buenísimo microrrelato, ciencia y religión a debate y pasando factura.
La serie promete.

Un saludo indio

Maite dijo...

Genial la serie, Manu, sigo pensando que estás liberando a tus personajes y dejándoles ser quienes realmente son. Todos los detalles están escogidos con cuidado, dando pistas sobre lo que realmente el protagonista lleva dentro. Estos textos son como las viñetas de Ibáñez, siempre que las revisas ves en una esquina un pequeño guiño que antes habías pasado por alto. Un abrazo y ya estoy ansiosa por ver el siguiente liberado ;)

Lola Sanabria dijo...

Por mucho que te empeñes, no puedes dejar de hacerme reír con tus relatos, Manu. Porque la transformación del cura es genial y lo de la estaca y la flagelación el broche de oro. ¡Ay, que no puedo!

Besos y abrazos risueños.

Elysa dijo...

¡Ufff...! esta transformación es terrorífica.

Esta serie esta resultando adictiva

Besos

R.A. dijo...

Este micro me ha gustado mucho especialmente por la parte que me toca. Y lo que me he reído ,)


Un abrazo