Excálibur sigue oxidada en la roca esperando a que alguien se decida a sacarla, pero la gente pasa de largo...
10/19/2010
LA EDAD DE LOS ÁRBOLES
Dicen que se puede conocer la edad de un árbol contando las anillas concéntricas del tronco. El árbol que había sobre la tumba de mi padre tenía mi edad. Mi madre lo plantó cuando yo vine al mundo, justo el mismo año en el que mi padre murió en un accidente de tráfico. La visión de aquel manzano en la finca me perturbaba. Era como contemplar un árbol genealógico a la inversa, como una esquela de hojas caducas. Cuando cumplí los dieciocho años cogí el hacha y lo talé en finas láminas redondas como vinilos. Coloqué una al azar en el tocadiscos. Para mi sorpresa, el tronco tenía diecinueve anillas concéntricas. En el primer surco pude escuchar las promesas de mi padre y los llantos de mi madre. Cuando la aguja saltó al segundo surco escuché un sonido seco, como de crujir de huesos. Un leve quejido y el sonido de una azada removiendo la tierra. En el resto de anillas se escuchaba el sonido de los grillos y las plegarias de mi madre. Dicen que se puede conocer la edad de un árbol contando las anillas concéntricas del tronco, aunque para poder verlas, hay que cortarlo.
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27 comentarios:
Muy chulo.
Te cuento una cosa: Uno de mis deseos es que cuando muera me entierren sin lápida en el campo y planten encima un árbol.
Buen micro.
Errata en la última frase
Un abrazo Manu.
Gracias hombredebarro.
Torcuato, cierto, cambié una letra por otra (las prisas), corregido. Lo de tu deseo es muy chulo. Intenta que sea un árbol longevo, claro. Yo prefiero que me incineren, la verdad.
De nuevo me sorprendes con la idea de poder escuchar conversaciones, promesas... a través de los anillos de un tronco.
Sublime.
Un saludo indio
Imaginativo y original, fenómeno Manu, me ha encantado y sorprendido. Esta es la sorpresa que más me gusta en un micro, la de la originalidad. Un fuerte abrazo.
Muy guapo, Manu. Y la última frase, un micro por sí misma. Mátame si quieres saber mi edad.
Un abrazo.
Precioso .
Genial Manu. Una vez vi un reportaje donde medían la edad de los árboles haciéndoles una insercción en el tronco. La historia de su vida - heladas, sequias - se podía determinar mediante la muestra que extraían y los colores de la madera. Por eso me ha encantado el paralelismo que has trazado. La imagen de los vinilos es muy potente. Y la última frase, inquietante.
Un abrazo.
La idea es estupenda, Manu. Muy bien cerrado, además, con ese paralelismo con el comienzo. Estoy de acuerdo con Víctor, esa frase final puede ser un micro ella sola.
Un saludo.
Fantástico, me gustó.
Un saludo.
David Figueroa.
Hermoso y no sé, algo triste.
No, no quiero que me talen para conocer cómo o cuánto he vivido.
Dejarme expandir mi espesa fronda, hasta el fin de los tiempos, sin que nadie trate de averiguar los años transcurridos...
Besos
BB
Yo diría que es un árbol de sabiduría negra.
Blogsaludos
Yo me lo he tomado como metafora.En los humanos esos anillos serian nuestra arrugas, nuestras cicatrices en el rostro, nuestra mirada. Siempre que veo un tronco cortado paso la yema de los dedos sobre los anillos y pienso...Precioso Manu. Un saludo.(No se como arreglar el acento de mi teclado, perdonar)
Joe, mezclar metafóricamente el árbol con un disco me ha parecido... supremo
Besicos
Ya sabes que los microrrelatos con árboles son mi debilidad ;)
Muy buen micro Manu.
Saludín
¡Qué idea más ingeniosa Manu! Me ha encantado, de verdad, aunque la última frase, pese a dar ciclicidad al relato, no me termina de convencer...
Por curiosidad... ¿cómo te surgió la idea del micro?
Un saludo!
:)
Acuática, se me ocurrió precisamente como dice Agustín, viendo un reportaje sobre la edad de los árboles, hace unos días contaban que en el tronco podían ver si había habido incendios, heladas, etc. Que el tronco de los árboles hablaba, y me dije, es como si lo pusieras en un vinilo y te contaran cosas (los troncos) y el tema de los surcos facilitaba la verosimilitud de la imagen semenajante a un vinilo.
:)
Tardé en comprenderlo...
Muy bueno señor.
Lástima que has cortado el arbol.
Un abrazo Manuel.
Como ya lo han dicho prácticamente todo, centraré mi breve comentario en un paralelismo que me produce escalofríos. Es una asociación subjetiva, claro, pero ese "hay que cortarlo" final y el hacha inicial, no sé por qué, me remiten al "crujir de huesos"; y entonces imagino un hacha como arma homicida, para después visualizar el tuétano del hueso y preguntarme si en él no estará también cifrada la vida de una persona.
La idea es fabulosa, y la ejecución incontestable. Qué bien dominas la distancia y qué poco espacio dejas para la indiferencia de quienes te leen.
Saludos.
Uy niño, que relato más original y sugerente!!
Me dejas siempre boquiabierta, eres estupendo!!
Besicos muchos
Me encanta la idea de tu microrrelato: tener que destruir para conocer. Fácilmente podríamos aplicárnosla a nuestras pesadillas.
Enhorabuena una vez más!
Tremendo!! está genial
¿Y esa obsesión por los árboles genealógicosm, amigo?
Ha árboles que mejor no cortarlos. Matas y te mata lo que te cuentan.
Sobrecogedor, y magnífico. Excelente microrrelato.
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