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Mañana jueves sobre las 10:30 de la mañana estaremos en la Cadena SER los ganadores de las tres ediciones de "Relatos en cadena" del programa "Hoy por Hoy" para dar el pistoletazo de salida al concurso de microrrelatos de esta temporada, de la que saldrá el cuarto ganador del certamen. Ánimo y a enviar vuestros textos. Aquí os dejo las historias que han ganado las tres anteriores ediciones del concurso, en el que cada año participan más de 20.000 micros.
PI
Se lanzará desde el trapecio. Correrá a través de la raíz cuadrada, sintiendo cómo el aliento de la malvada hipotenusa se le acerca hasta casi atraparlo para siempre. En un intento vano por despistarla llega al abismo de la derivada. Se siente acorralado, pero no, encuentra una salida en la división y vuelve a escapar deslizándose por ésta. El número Pi se salva y llega hasta el infinito. Pero...—Andrés, ¿me escuchas?—Sí, maestra.—Muy bien, continuemos. Si un tren sale de Madrid a las ocho de la mañana y otro de Barcelona a las diez...La malvada hipotenusa capturó a Pi.
Estefanía Morán, edición 2007-2008
RUEDA DE RECONOCIMIENTO
Entonces reconocí la mirada de la fotografía. Era aquel cerdo del callejón. El policía asintió con la cabeza y le dio el retrato a otro agente. "Dicta una orden de busca y captura", le dijo. A la semana siguiente me llamaron para una rueda de reconocimiento. Me pusieron tras un cristal y entraron cinco hombres. "¿Cuál de ellos lo hizo?", me preguntaron. Dudé un instante, pero después de examinar los ojos de todos lo tuve claro: "El de la camisa azul". A los otros cuatro los soltaron, pero yo seguí al del jersey rojo hasta su casa. Saqué las tijeras y le dije: "¿Te acuerdas de mí?"
Manu S. Vicente, edición 2008-2009
CARNE REBOZADA
La cena se enfriaba en la mesa y nuestro vecino seguía igual. Desnudo, subido en una silla y con una soga al cuello. A veces, bajaba y deambulaba cabizbajo por la habitación. De aquí para allá. De allá para aquí. Luego volvía a subirse, se anudaba la cuerda y colocaba los pies en el filo. Así llevaba toda la tarde. Nosotros, desde la ventana, lo observábamos expectantes. Papá decía que sí. Mamá decía que no. Pero el hombre, que si sí, que si no, no se decidía nunca. Al final, corrimos las cortinas y nos sentamos a la mesa. La carne rebozada fría no vale nada.
Agustín Martínez Valderrama, edición 2009-2010