
Paseaba por Vallecas cuando una fuerza desconocida me hizo entrar en un pequeño piso de planta baja que tenía la puerta abierta. Sobre una mesa camilla había un libro: Una guía de Madrid. No había nadie, así que movido por la curiosidad, robé la guía y salí a la calle. En la página cinco aseguraba que en un local de Luchana unos centauros tiraban cañas como nadie. Me acerqué hasta allí y un hombre con patas de caballo me puso una cerveza. Boquiabierto, la bebí de un trago y fui a otra dirección: un zoo de Atocha. La guía decía que tenían cíclopes salvajes, pero además pude ver trolls y hadas. Consulté la guía de nuevo y me dirigí a un museo en Gran Vía Nº 9. Unas vitrinas mostraban fósiles de gnomos y esqueletos de unicornios. Atónito ante este Madrid desconocido, fui a un restaurante de Sol atendido por ogros y almorcé carne de dragón. En la última página de la guía de Madrid aparecía mi nombre completo y la dirección del piso en el que había robado el libro. El texto decía que en esa casa vivía el único personaje de ficción de carne y hueso que existe en el mundo. Desconcertado, me dirigí de nuevo Vallecas. Llamé a la puerta, un hombre alto abrió, me tendió la mano y me dijo: —Hola, soy tu autor, pasa. Te estaba esperando.