Mi relato "Árbol Genealógico" ha quedado finalista del Certamen Internacional de Microcuento Fantástico de la Revista niNatura, una publicación especializada en este género. Entre los 14 finalistas se encuentran compañeros de la blogosfera como Víctor o Martín, lo cual es todo un placer. Al concurso se han presentado 610 micros de 25 nacionalidades diferentes, lo que deja bien patente la difusión de esta revista. Aquí os dejo este micro, una historia a la que tengo un cariño especial.
ÁRBOL GENEALÓGICO
Cogí mi árbol genealógico, el que había dejado mi madre sobre la repisa del salón, y lo trasplanté en el jardín, junto al manzano. Le eché abono natural de oveja y vaca. Al día siguiente le había brotado una nueva tía abuela, dos hijos, cuatro hermanos y doce sobrinos. Estaba tan frondoso que tuve que podar a los primos lejanos. El de mi vecina era más pequeño. Lo tenía medio escondido junto a los geranios. Apenas tenía parientes. Me produjo cierta lástima que estuviera tan sola y decidí injertarle la rama en la que estaba mi nombre. Salté la valla de su huerto y conseguí llegar hasta los geranios sin que nadie me viera. Mi vecina no se dio cuenta del injerto, y lo regaba a diario con la manguera, junto al resto de sus flores. Al principio le salieron malas hierbas, pero volví a saltar la valla y eché un pesticida. En cuatro semanas, mi vecina y yo ya aparecíamos en el árbol como marido y mujer. Decidí romper con mi familia. Saqué un hacha y talé mi árbol genealógico. Esa misma noche dormimos acurrucados junto a la chimenea, al calor de la leña. Mientras, nuevos brotes crecían en el huerto, junto a las malas hierbas de los geranios.
Cogí mi árbol genealógico, el que había dejado mi madre sobre la repisa del salón, y lo trasplanté en el jardín, junto al manzano. Le eché abono natural de oveja y vaca. Al día siguiente le había brotado una nueva tía abuela, dos hijos, cuatro hermanos y doce sobrinos. Estaba tan frondoso que tuve que podar a los primos lejanos. El de mi vecina era más pequeño. Lo tenía medio escondido junto a los geranios. Apenas tenía parientes. Me produjo cierta lástima que estuviera tan sola y decidí injertarle la rama en la que estaba mi nombre. Salté la valla de su huerto y conseguí llegar hasta los geranios sin que nadie me viera. Mi vecina no se dio cuenta del injerto, y lo regaba a diario con la manguera, junto al resto de sus flores. Al principio le salieron malas hierbas, pero volví a saltar la valla y eché un pesticida. En cuatro semanas, mi vecina y yo ya aparecíamos en el árbol como marido y mujer. Decidí romper con mi familia. Saqué un hacha y talé mi árbol genealógico. Esa misma noche dormimos acurrucados junto a la chimenea, al calor de la leña. Mientras, nuevos brotes crecían en el huerto, junto a las malas hierbas de los geranios.
16 comentarios:
Eres un crak, Manu...
Besicos
Enhorabuena, Manu. Ya había leído tu relato, que me parece merecedor de cualquier premio.
Genial relato, Manu. Enhorabuena por la selección.
¡Enhorabuena Manu!
Saludos
¡Enhorabuena!
Un placer leerte, como siempre.
Enhorabuena, Manu. Un texto magnífico. Me gustó mucho la idea y la combinación de realismo mágico y elementos cotidianos.
Un abrazo.
Enhorabuenaaaaaaaaa
Besicos muchos
Qué bien que este micro se lleve el reconocimiento que se merece. Yo tb le tengo un cariño especial, es uno de mis favoritos(este saldrá en la antología,no?)
R.A.
Rosana, estará claro, este micro tiene que estar. Besos compañera incombustible.
Felicitaciones Manu! El placer es compartido. Muchas gracias por la mención! Un fuerte abrazo y vamos por más!
No me extraña nada que sea finalista. Tu talento es enorme.
Enhorabuena.
Salud.
Perfecto. Sobran más palabras.
Intrigada estoy de saber cómo debe de ser el ganador.
Si éste es muy bueno ...
La alegría que me queda, ya que no has ganado tú, es que lo ha hecho mi sobrina.
Natalia Viana Nebot.
Pero no me preguntes más porque no lo he leído.
Un beso
Vaya, qué bien, Elena!!!! Felicita a tu sobrina de mi parte, menuda familia de artistas, por favor, así da gusto! Un beso.
Bien merecido. Leyendo el cuento es indudable que merecía un lugar.
LLego tarde, por eso me he despachado agusto con su lectura.
Me ha gustado muchoooooooooooooooooooooooo...
Enhorabuena.
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