6/29/2009

REALIDAD Y FICCIÓN


Ayer vi en un programa de esos de españoles por el Mundo que tan de moda se han puesto cómo era la vida en Dubai, el paraíso del lujo, donde una suite de un hotel puede costar 35.000 euros la noche. Sólo había unos pocos multimillonarios y una gran masa de obreros que construía hoteles 24 horas al día. Pues bien, casi todos los obreros eran indios y paquistaníes, y hablaban de un indio que estaba construyendo uno de los macrohoteles de Dubai. El indio en cuestión llevaba año y medio sin bajar del último piso de la torre-hotel que estaba levantando porque le suponía más tiempo llegar abajo y luego estar arriba de nuevo a primera hora que disfrutar del nulo tiempo libre que tendría al llegar al suelo. Parecía una metáfora de la vida laboral que tenemos hoy en día, fantástico material para un cuento, pero era real. La torre existe, el indio existe, el país existe. Me pregunto qué pensará ese esclavo del siglo XXI allí arriba, cómo pasará las noches, cómo dormirá, qué comerá, si amará a alguien, a quién echará de menos, qué pensará sobre su futuro, si guarda el dinero que cobra en un calcetín, si entrará en el último piso de ese hotel cuando esté construido del todo o le prohibirán la entrada. Me pregunto si nosotros vivimos en esa torre y no bajamos nunca. Me pregunto qué pasaría si todos nos bajásemos y dejásemos la torre a medias, como Espartaco, como un ejército de esclavos ociosos, y simplemente, construyésemos cabañas para vivir a ras de suelo. Hacía tiempo que no escuchaba una historia real tan literaria, con tantos ingredientes, con tanta tristeza, con tanto dolor urbano desde la cúspide de la ciudad más ostentosa del Mundo. Desolador.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos esos interrogantes, esa situación tan tragicómica y con un trasfondo tan humano para construir el hotel mas hortera del mundo con las habitaciones mas horteras del mundo. Seguro.

Explotación humana, mucho dinero y ausencia de buen gusto.

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Es verdad, es una historia trágicamente literaria que evidencia la moderna servidumbre.

TitoCarlos dijo...

Jooooder!
Magnífico post y preciosa elucubración.

Un abrazo,

Miguel Baquero dijo...

Qué caso más curioso; es digno de un cuento, cuanto menos. Seguro que le sacarías un partido espectacular

Belén dijo...

Vi el programa, querido, y pensé lo mismo que tu!!!

Será que soy escritora ya? ;)

Besicos

Arcángel Mirón dijo...

Yo me pregunto de quién será la mano que nos escribe, que nos crea, y por qué tiene ese extraño sentido del humor.

Anónimo dijo...

Fíjate! Me ha hecho retroceder al pasado y he visto una imagen de los antiguos esclavos que construyeron las pirámides, salvando las diferencias. A fin de cuentas la situación para unos y otros es la misma. Poder desmedido(económico y de ahí todo lo demás) y miseria absoluta.

Yo también me pregunto que pensará ese hombre. Anímate Manu, tú harías que no fuera un relato en plan discurso, ni predecible.
Un saludo R.A.

Manu Espada dijo...

R.A., me acabas de dar una idea...

Anónimo dijo...

;)

pepa mas gisbert dijo...

Leo esto después de ver tu entrada anterior y veo de donde sacaste alguna de las ideas.

Desolador, espectacularmente desolador, esencia del mundo en el que vivimos.

Saludos