6/24/2009

COBERTURA


“Deberíamos abrir el ataúd. Suena un móvil”, escuché cómo un enterrador le susurraba al otro. El cementerio estaba vacío. Tan sólo había acudido yo a tu sepelio para comprobar que morías asfixiado poco a poco, según lo estipulado por el jefe. No había venido nadie de la familia, ni siquiera un amigo tuyo de la infancia. Nunca fuiste muy sociable. El sepulturero apareció con varias herramientas y una cuña de acero. Cuando abrió el féretro y salió tu mano, intenté disparar a los enterradores, pero reaccionaron a tiempo. Quiero que sepas que no ha sido nada personal, aunque me estás poniendo nervioso. Aquí abajo no tenemos cobertura.


15 comentarios:

Sinuosa dijo...

A ver, el relato me parece muy bueno, pero el desensale me parece confuso.
Dudas:

¿Quién disparó a quien?

¿Fue el enterrador el que mata al que cuenta la historia, o fue el muerto que la disparó al abrirla?

Sobre lo de que no cobertura ahi abajo, entiendo que están juntos en la fosa, pero se me escapa el mensaje (debe ser porque no hay cobertura, jejej)

No me hagas mucho caso. Si entras mas lectores y lo entienden todos, entonces la neurona perezosa es la mía. Probablemente.

Saludos.

Manu Espada dijo...

Sinuosa:

La idea es que el narrador habla al que está con él en el nicho, por eso habla en segunda persona, pero nadie dispara, sino que el narrador intenta disparar cuando ve que el enterrador se da cuenta que hay una persona viva dentro, pero lo reducen y los meten en el féretro a los dos juntos. Quizá no se entienda bien, tomaré nota con las críticas y quizá lo reescriba.

Raúl dijo...

Manu, se me ha adelantado Sinuosa, yo tampoco he entendido el desenlace hasta que no te he leído la justificación. Mala cosa.
Lo que no quita para advertir y aceptar, una vez más -y ya son miles- lo bien que escribes.

Anónimo dijo...

Sí, hay algo que no encaja. Nada más leerlo yo creo que todos hemos entedido que el de dentro es amigo del que habla y que está vivo. Pero a partir de que abren el ataud y reducen al que está hablando el final es como apresurado y quizá obliga a deducir demasiado.

Felicidades por el relato en BCNWeek y por llegar a la final del Diomedea con El Velatorio(humor negro y un poquitín de amargura) que era un buen texto.
R.A

Belén dijo...

ay, leche, con lo mal que se me dan a mi los muertos....

:S

Besicos

mati dijo...

el relato es genial..., si, un poquillo confuso pero si lo lees dos veces....
un besazo artista

BB dijo...

Manu, a mí se me han enredaron
un poquillo los cables.
Lógicamente que estaban ambos
en la tumba, pero lo demás
lo encontré confuso.
Ni tu explicación la entiendo,
fíjate qué despiste!
BB

Susana Peiró dijo...

Jajajajajá! También estaba un poco en el limbo con el relato, pero leí tu explicación y vale, las neuronas se me acomodaron!

Estás necrófilo Manu, ahora sólo me falta ver Carrie de nuevo!

Besotessss Guapo!

Palabrasalbapor dijo...

Como siempre un final inesperado. Los dos bajo tierra.

Muy bueno. Un beso.

Susana Peiró dijo...

Jajajajajajajá! Confirmado! Sos un dioso!

(termino de leer tu comentario)

Besazoooo!!!!

Anónimo dijo...

Creo que ahora está más claro sin que pierda el componente sorpresa final.
Un saludo.
R.A.

pepa mas gisbert dijo...

Como ya se ha dicho todo sobre el relato solo decir que nunca llueve a gusto de todos, en este caso, no todos tienen móvil a gusto de los demás, y a las pruebas me remito, a las pruebas forenses claro.

Saludos

Miguel Baquero dijo...

Llamada para un muerto, de John Le Carré. Qué gran novela. Me he acordado de ella al leer tu cuento.

Vintage dijo...

y todo entonces por tener compañía ¿no?
ains estoy espesa lexes
muakkkkkkkk

Verónica E. Díaz M. dijo...

Hola Manu, vengo rebotando de lejos. Provoca quedarse leyendo más.

Saludos