2/23/2006

LOS RELOJES DE LAS CAJAS DE MAGDALENAS



Tengo un reloj japonés. Digital, naturalmente. Su cronómetro, cuenta atrás, fecha, alarma, horas, segundos, ocupan un espacio mínimo: Una muñeca. Estamos en la era de los microchips, de lo oriental, lo minucioso, lo diminuto y minimalista. Mi reloj japonés es acuático y con luz, algo que nunca soñaría un viejo reloj de cuerda suizo.
Para qué voy a comprar despertador si tiene alarma. Para qué comprar calendario si tiene fecha. Para qué cronómetro si lo tiene puesto. Para qué apuntarme nada en la mano a boli si me quiero acordar de algo cuando puedo dejar un mensaje en su pantalla. Para qué encender la luz a medianoche si tiene lámpara. Para qué quiero un reloj de pared si éste pita cada hora. Para qué me voy a gastar dinero en relojes si entran con las cajas de magdalenas.
Lo único que le falta a mi reloj japonés para ser perfecto es la cuerda de aquellos viejos relojes de bolsillo. Entonces es cuando me acuerdo de que también lleva pila, y me compro un reloj de cuerda, un calendario, una linterna, un despertador, un reloj de pared y me apunto a boli en la mano que tengo que acordarme de comprar una caja de magdalenas.

7 comentarios:

Manu Espada dijo...

Para pagar a esa empresa al final a uno le tocaría trabajar más en otra empresa para que otro contrate una empresa y así hasta el infinito...

Pedro Daví dijo...
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Pedro Daví dijo...

Siempre he pensado que un día perdería la vida con una magdalena. Te la tomas te la tragas, y aquello empieza a chupar y a chupar y... seco, pero con mucho gusto.

Si traen reloj habrá que arriesgarse.

Manu Espada dijo...

David, te he imaginado gráficamente absorbido por una gran magdalena como el malo de una peli de Indiana Jones cuando bebe del cáliz falso, jejeje

Sergio M. Mahugo dijo...

Ehhh!
Qué es eso de suprimir comentarios!
Censura NO! Manipulación!

Manu Espada dijo...

Puedo prometer y prometo que no he quitao nada, no sé ni cómo se hace, aún, jejeje

Manu Espada dijo...

Rentería... Qué recuerdos!!! La tierra que me vio crecer.