11/15/2007

50 AÑOS



Mortadelo y Filemón han cumplido 50 años. Cuando vi ayer a Ibáñez en la tele me acordé de la primera entrevista que hice para la radio. Tuve que llamar a la base española que hay en la Antártida. El director me dijo que no estuviera mucho rato hablando, que la conexión vía satélite valía una pasta y estaba llamando con su código personal. Estuve un cuarto de hora hablando con el comandante de la base Juan Carlos Primero, jefe de las islas Livinstong y Decepción. Cuando colgué, más que satisfecho por las palabras del científico-militar hablándome de los bichos microscópicos que había por allí, me di cuenta que no había presionado el REC. Ante el bochorno de la situación decidí volver a hacer esa llamada, pese a que le iban a dar un toque a mi jefe por llamar al puñetero Polo Sur nada menos que dos veces. ¿Es que tenía una novia pingüino? Cuando el comandante volvió a escuchar mi voz y le dije que teníamos que repetir la entrevista me hubiera asesinado con un chupitel de hielo, pero accedió, eso sí, con un tono más cansino, menos entusiasta, y diciéndome: "¿Le has dado al REC, machote?". En la base había un tebeo de Mortadelo, y como tenía que hacer una entrevista a alguna personalidad para el aniversario de Radio 5, decidí que en lugar de entrevistar al típico politicrastro entrevistaría a mi admirado Ibáñez. Fue la segunda entrevista de mi vida para la radio, tras el gélido y ruinoso tema antártico (la de ceros que tendría esa factura al Polo Sur). Le di al REC y estuve hablando con Ibáñez cerca de una hora, como si fuera un amigo de toda la vida, porque al fin y al cabo pasé mi infancia con todos sus hijos: Mortaledo y Filemón, Rompetechos, Sacarino, Rúe del Percebe... Me contó sus durísimos inicios como dibujante explotado en la editorial Bruguera (que se forraba a su costa). Me dijo que estuvo años cobrando por página, me explicó cómo coloreaba durante horas y horas en su mesa sin descanso, o cómo nacieron esos personajes que me acompañaron durante años: El profesor Bacterio, el Súper, todos. Me contó que cuidaba mucho los detallitos de las viñetas, caricaturas de ratoncillos vestidos de vaquero y cosas por el estilo, por no hablar de sus especiales sobre los mundiales de fútbol que hacía para los Súperhumor. Parecíamos dos niños apasionados con un juguete, porque él mantenía la misma pasión que un crío con un tirachinas. Jamás se emitió la entrevista, era un personaje que no interesó a la emisora. Es la única entrevista que guardo en mi casa, pero no puedo escucharla porque está en una cinta abierta de magneto antiguo (ahora todo está digitalizado). Ayer abrí el cajón y allí estaba la cinta. Ponía a rotulador: Entrevista a Ibáñez. Aunque no pueda escucharla, jamás olvidaré aquella charla.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo, k envidia. Como buen amante de los comics, sé lo emocionante k es entrevistar a uno de tus ídolos. Cuando era estudiante pude hablar con Daniel Torres (otro rollo, pero bueno) y me sentía como un niño con zapatos nuevos. Hace siglos que un invitado no me emociona cuando lo entrevisto. ¿No tienes la sensación de que todo se banaliza últimamente? ¿O seremos nosotros que nos hacemos mayores? La última persona que me hizo vibrar a lo bestia fue Concha Velasco. Nos sentamos al teléfono y cuando me quise dar cuenta llevaba dos horas hablando con ella. Hablamos de todo: de nuestra adorada Anna Magnani, de lo que le gusta cocinarle a sus hijos, del teatro, de la vida, de los hombres, de las mujeres, del sexo, de la muerte... Probablemente, de todo menos de lo que mi programa quería que le preguntase. Y, te lo juro, cuando me despedía de ella y ella me daba las gracias me acuerdo que me emocioné y pensé: "¿gracias? Gracias a ti, se me había olvidado lo maravillosa que es mi profesión". Pero nunca se lo dije, claro.

Manu Espada dijo...

Río Veneno, cómo te entiendo. A mí me pasa exactamente lo mismo. Hace años que no me emociono con una entrevista, y eso que por el programa ya sabes que a veces pasan personajes muy interesantes, pero no sé qué ocurre que no me dicen nada. Quizá nos hacemos mayores y antes nos ilusionábamos más, auunque en el fondo creo que es lo que tú apuntas, esa banalización, o que todo está demasiado prefabricado en los medios, sin lugar para la espontaneidad, como un corsé que ahoga a los personajes más frescos. Lo de Concha Velasco no me sorprende, ´lo que ocurre es que conseguísteis romper ese puñetero corsé. Ocurre hasta con los invitados anónimos, porque como decía un director que tuve muy gritón: "Todo el mundo tiene una historia, todo el mundo tiene algo que contar".

Alberto López Cordero dijo...

Opino lo mismo, que envidia y que rabia por no poder escuchar esa entrevista. Yo tengo cientos de Comics de Mortadelo desde hace años. Es más cuando voy a Carrefour a hacer la compra no me marcho sin pasar por los comics por si hay alguna novedad del maestro Ibañez. Hace unos años me enteré tarde de que estuvo firmando comics en El Corte Inglés de Badajoz, de haberlo sabido hubiese pillado el coche, carretera y manta sólo por tener un mortadelo pintado por él mismo en uno de mis comics. No sé, busca en el ebay o en cualquier tienducha de por ahí a ver si consigues un magnetófono de esos antiguos, pero queremos escuchar esa entrevistaaaaaaa.

Manu Espada dijo...

Me temo, amigo Alberto, que esos magnetos cuestan un dineral, eran cacharros enoooormes que ocupaban media habitación.

Luni dijo...

PUes muchas felicidades a los filemones... aun que te diré que soy más de libros qu de comics... son manías jajaja

Besos.
Muám

humo dijo...

pordios, pordios, seguro que en google encuentras una empresa o algo que pasa esa entrevista a un CD maravilloso. No te des por vencido

Manu Espada dijo...

Tomo nota, buscaré alguna empresa que se dedique a los cambios de formato, si la encuentro, cuelgo la entrevista nunca emitida, que verá la luz en este blog. Exclusiva mundial, jeje.