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Dicen que La India es otro mundo, y tiene toda la pinta. No sé qué me encontraré allí, porque hasta ahora todo lo que sé de ese país son lugares comunes: que a la mujer de Willie Fog la intentaron quemar porque hasta hace relativamente poco a las muejeres las quemaban junto al marido cuando éste moría, que el Ganges es un río sagrado, que Gandhi era bueno, que hay elefantes y tigres, aparte de un contraste muy grande entre riqueza y miseria, por lo que es posible deprimirse, que hacen pelis a destajo en Booliwood, que las mujeres llevan un punto en la frente, que los hombres llevan turbante, que a los faquires no les hacen daño los clavos de la cama, que la comida pica, que Colón intentó llegar allí y acabó cerca de Cuba, que juegan al cricket porque fueron colonia inglesa, que se pegan con Pakistán por Cachemira, que tiene la bomba atómica y un sistema de castas donde los parias asumen su pena, que es un subcontinente donde hay monzones y en el que vive mucha gente, que son marrones, que muchos hombres tienen barba y las mujeres mirada digna y penetrante, que el nombre del país lleva artículo, igual que El Líbano, aunque algunos se empeñen en quitarlo porque imitan a los ingleses, y algunos tópicos más. ¿Serán ciertos? Quién sabe. Mañana, rumbo a Delhi, ya veremos.