
Cruzo el charco de las aguas pantanosas de la tele para intentar comerme la Gran Manzana en 14 días, algo más de lo que tardó Adán en ser expulsado del Paraíso en una escena digna de lo que podría haber sido el primer realtily televisado. ¿El público habría expulsado a Adán, a Eva, a la serpiente o al mismísimo Dios? ¿Qué pico de audiencia habría hecho un Gran Hermano con Caín abriendo la cabeza de Abel con la quijada de asno? ¿Y Abraham intentando matar a su hijo en el altar antes de que entrasen los de "Inocente Inocente" con el ramo de flores desvelando que sólo era una bromita del Todopoderoso? Con el golpe de efecto abriendo las aguas del Mar Rojo Moisés se habría ganado una silla como colaborador fijo. Pero nadie como María Magdalena como invitada estrella de Salsa Rosa. En "¿Dónde estás corazón?" recaería la Virgen para ser despellejada al no saber dar explicación al misterio de la Paloma germinadora. Lo de multiplicar los panes y los peces haría que Jesús le quitase el puesto a Arguiñano desdoblado en la Primera y en Tele 5 a la vez. Pero con lo mal que está la cosa, Judas vendería por unos euros los secretos del testamento de San Pedro y otro gallo le cantaría. Al menos, si cambiásemos de canal podríamos ver a San José presentando Bricomanía: ¡Hola amigos, hoy os enseñaré a montar el Belén! Durante una entrevista, el Rey Juan Carlos dijo que le "encantaría ser el Rey de una República". Así que incluso él mismo entendería que un republicano necesite vacaciones cuando escribe los guinones de la "reina" de una franja horaria de esa gran manzana llena de vecinos raros que es la tele.