Un buen epitafio si señor a la altura de un gran hombre que lo demuestra recordando las pequeñas cosas de la vida que al final es lo que mas importa. Grandes cosas son esas pequeñas cosas. Un saludo
Manu, una apropiada semblanza en un día como éste. Muy "noventayochista". Al leerte, veo que el mío ha quedado más como unas últimas palabras(seguiré siendo un desconocido). ¡Aúpa Nicanor Parra! y Felices fiestas, por supuesto
Jope, Manu, qué bonito, aunque no me quiero poner en tu lugar (jeje). Has hecho un repaso a la esfera de la vida: Padre, Madre, Mujer, Hijo. Y al pasto que pisaste. Dos pistas más: ideológica, con Víctor Jara, y profesional, con ese cuaderno viajero. Un buen microrrelato de Manu: autor, personaje, como no podía ser de otra manera. Nos vemos en el otro lado.
El padre de la propuesta, la que has liado!!! Esta siendo una mañana de lo más divertida, te lo agradezco. También me lo pasé bien, todavía no sé la razón, cuando escribí el mío.
En cuanto al tuyo... le va muy bien esa espada que has puesto, tiene un aire tranquilo y gozoso a un tiempo.
Qué puedo decir: ¡buena vida! de ahora en adelante y nosotros que lo leamos, al menos. Un beso, Luisa.
Manu, de leyenda tu epitafio. Sin duda se merece quedar grabado por los siglos de los siglos el día - muy lejano queda aún - que decida la parca. Un abrazo.
Un epitafio muy emotivo, lleno de recuerdos. En unos años seguro se ampliará hablando de la vejez y de los nietos. No lo pensaba hacer, pero al final me he sumado a la propuesta. Un saludo.
Interesante epitafio autobiográfico. Sí que la has liado con la idea; me ha gustado leer tantos y tan buenos epitafios. Incluso, una vez muerta, me ha dado por comenzar un blog, por aquello de que ya tenía un post. Mil besos.
¡Jo, Manu! qué bonito, no esperaba menos del padre de la idea tan loca y divertida. ¡No veas como me lo estoy pasando leyendo los epitafios que se han subido hoy a la red!
¿sabes que he recibido un correo preguntándome que había pasado? Que cuando me he muerto, jajaja. No sé, creo que si le contesto igual se muere del susto. Las risas de hoy son impagables.
Una despedida muy señorial y una iniciativa que ha convertido esta tarde navideña en un viaje divertidísimo por el cementerio blogeril. Gracias por tu poético autoepitafio y por embarcarnos a todos en esta idea. Y por supuesto... Feliz Ranidad
Felicidades por morirte sólo un rato, y por animarnos a pensar en nuestra muerte como algo que inspire. Ojalá lleguemos todos a pensar que por fin descansaremos. Abrazo del norte. Gabriel
Bueno. No se muy bien que se dice en estos casos. ¿Felicidades por morirte? ¿Ha sido una muerte estupenda? No se... en todo caso, está claro que le has dado trabajo al cantero. Un abrazo.
Gracias Manu por esta iniciativa que lanzaste al viento y algunos hemos recogido de la mejor forma que hemos sabido. De nuevo se comprueba la versatilidad de las formas de escritura, y en tu caso : la habilidad para resumir en poquitas líneas una vida llena de sentimiento.
Un abrazo des- demispalabrasylasvuestras y un beso "epitafial".
Desde el mas allá os quería dar las gracias a todos por participar en esta peculiar iniciativa navideña del autiepitafio. Ha sido un placer leeros y ver el entusiasmo con el que nos hemos muerto todos. Un abrazo espectral, queridas almas.
Un buen epitafio si señor a la altura de un gran hombre que lo demuestra recordando las pequeñas cosas de la vida que al final es lo que mas importa. Grandes cosas son esas pequeñas cosas. Un saludo
ResponderEliminarManu, una apropiada semblanza en un día como éste. Muy "noventayochista". Al leerte, veo que el mío ha quedado más como unas últimas palabras(seguiré siendo un desconocido).
ResponderEliminar¡Aúpa Nicanor Parra! y Felices fiestas, por supuesto
Jope, Manu, qué bonito, aunque no me quiero poner en tu lugar (jeje). Has hecho un repaso a la esfera de la vida: Padre, Madre, Mujer, Hijo. Y al pasto que pisaste. Dos pistas más: ideológica, con Víctor Jara, y profesional, con ese cuaderno viajero. Un buen microrrelato de Manu: autor, personaje, como no podía ser de otra manera. Nos vemos en el otro lado.
ResponderEliminarBonito resumen de aquello que no lo tiene.
ResponderEliminarSólo espero que hayas dejado algunas entradas programadas en tu blog, unas tres mil quinientas, más o menos.
Abrazos.
Me encanta... un epitafio muy biográfico, como debe ser, no?
ResponderEliminarUn abrazo y feliz viaje
¡qué hermoso¡
ResponderEliminarpero prefiero encontrarte mañana, cuando resucitemos, blandiendo la espada y las letras y la imaginación desbordante.
Un abrazo muy grande.
El padre de la propuesta, la que has liado!!!
ResponderEliminarEsta siendo una mañana de lo más divertida, te lo agradezco.
También me lo pasé bien, todavía no sé la razón, cuando escribí el mío.
En cuanto al tuyo... le va muy bien esa espada que has puesto, tiene un aire tranquilo y gozoso a un tiempo.
Qué puedo decir: ¡buena vida! de ahora en adelante y nosotros que lo leamos, al menos.
Un beso, Luisa.
Manu, de leyenda tu epitafio. Sin duda se merece quedar grabado por los siglos de los siglos el día - muy lejano queda aún - que decida la parca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Manu creo que este epitafio podría ser el definitivo. Me parece muy bello, muy sincero y de carne y hueso.
ResponderEliminarAbracico
Hermosísimo, amigo Manu.
ResponderEliminarAsí que has agarrado a Rocinante y tirado para el más allá.
ResponderEliminarTe acompaño, aunque sólo en el sentimiento, que para el último viaje hay tiempo.
Abrazos contaminados de formol.
Muy bueno.
ResponderEliminarTambién me he unido yo a la iniciativa, pero de una manera, digamos... más irreverente.
Saludos.
Un epitafio muy emotivo, lleno de recuerdos. En unos años seguro se ampliará hablando de la vejez y de los nietos.
ResponderEliminarNo lo pensaba hacer, pero al final me he sumado a la propuesta.
Un saludo.
Interesante epitafio autobiográfico. Sí que la has liado con la idea; me ha gustado leer tantos y tan buenos epitafios. Incluso, una vez muerta, me ha dado por comenzar un blog, por aquello de que ya tenía un post.
ResponderEliminarMil besos.
Me quedo pensativa sobre cuál de las palabras son más valiosas... si, lo sé, porque algo te conozco, son las escurridizas, ¿verdad?
ResponderEliminarMil besos, amigo
¡Jo, Manu! qué bonito, no esperaba menos del padre de la idea tan loca y divertida. ¡No veas como me lo estoy pasando leyendo los epitafios que se han subido hoy a la red!
ResponderEliminar¿sabes que he recibido un correo preguntándome que había pasado? Que cuando me he muerto, jajaja. No sé, creo que si le contesto igual se muere del susto. Las risas de hoy son impagables.
Besitos agradecidos
Una despedida muy señorial y una iniciativa que ha convertido esta tarde navideña en un viaje divertidísimo por el cementerio blogeril. Gracias por tu poético autoepitafio y por embarcarnos a todos en esta idea. Y por supuesto...
ResponderEliminarFeliz Ranidad
Sí, un texto muy emotivo, de los que te hacen temblar. Me gustó mucho la referencia a Jara y el esquema vital que trazas.
ResponderEliminarAbrazos.
Te acompaño en el sentimiento...
ResponderEliminarHola Manuel
ResponderEliminarVengo del blog de Men, y estoy encantada de haberte conocido y leer el epitafio que has elegido. Con unas breves palabras, he conocido mucho de ti.
Felices Fiestas.
Saludos.
Felicidades por morirte sólo un rato, y por animarnos a pensar en nuestra muerte como algo que inspire.
ResponderEliminarOjalá lleguemos todos a pensar que por fin descansaremos.
Abrazo del norte.
Gabriel
Bueno. No se muy bien que se dice en estos casos. ¿Felicidades por morirte? ¿Ha sido una muerte estupenda? No se... en todo caso, está claro que le has dado trabajo al cantero.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha encantado ver a Victor Jara en este poético epitafio que te has marcado Manuespada...
ResponderEliminarBesos desde el aire de más acá
Gracias Manu por esta iniciativa que lanzaste al viento y algunos hemos recogido de la mejor forma que hemos sabido. De nuevo se comprueba la versatilidad de las formas de escritura, y en tu caso : la habilidad para resumir en poquitas líneas una vida llena de sentimiento.
ResponderEliminarUn abrazo des-
demispalabrasylasvuestras
y un beso "epitafial".
Dije que me sumaría a tu iniciativa y así lo he hecho. También te he enlazado en mi ventana, pues eres el artífice de la idea.
ResponderEliminarTu autoepitafio es muy dulce, digno de ser tenido en cuenta, pero que sea muy, muy tarde.
Besicos nos vemos
¡Que gran autoepitafio, Don Manu!
ResponderEliminarSuscribo palabra a palabra lo comentado por Ximes.
Un abrazo.
Desde el mas allá os quería dar las gracias a todos por participar en esta peculiar iniciativa navideña del autiepitafio. Ha sido un placer leeros y ver el entusiasmo con el que nos hemos muerto todos. Un abrazo espectral, queridas almas.
ResponderEliminarNo se puede decir más y mejor. Me ha encantado el tono poético y todo el recorrido hecho...hasta llegar al descanso del guerrero. Bello.
ResponderEliminarEs la primera vez que vengo por aquí. ¡Que de premios tienes!
ResponderEliminarEs bonito el recorrido. Ha merecido la pena.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Hace tiempo que no visitaba tu blog, y mira vuelvo aquí gracias al blog de MEN que te tiene enlazado en su entrada del epitafio.
ResponderEliminarTe deseo un feliz año 2012.
Un beso.