El abuelo lloraba descorazonado en la azotea con un portarretratos en sus manos.
-¡Alto, no se tire! -gritaba el enfermero del geriátrico mientras intentaba agarrarle por un tobillo.
-¿Dónde está ella? -repetía una y otra vez el anciano mientras miraba la foto. Allí estaba él, de joven, junto a aquella chica del disfraz, tan bella y tan menuda, con aquellas alas brillantes.
-Vuelva a entrar, abuelo, aquí fuera hace frío.
-El anciano saltó al vacío, extendió los brazos y una anciana con las alas arrugadas le agarró de la mano.
-Cuanto tiempo, Peter, te has hecho viejo -le susurró al oído.
Me voy a repetir: me ha encantado. Es muy tierno y con su vuelta de tuerca final.
ResponderEliminarEn la sociedad de hoy está muy devaluada la vejez y supervalorada la juventud. Los ancianos ya no son los experimentados que pueden enseñar a los más jóvenes, son los gagás esos que no vemos qué pintan aún en el mundo. De pena.
A mí también me ha gustado. Que ella lo sostenga justo al saltar es de una ternura infinita.
ResponderEliminarEs lo que tienen los ángeles, por muy viejos que sean; una fuerza en los brazos de la leche.
ResponderEliminarBuen micro.
Sí, hasta ellos han de envejecer.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Lola, la vejez está devaluada(como la muerte es algo que no se quiere ni ver ni hablar de ello) y ser joven(más que nada parecerlo...) es la leche, por eso me gusta el micro.
Como decía la canción de Queen de la película Los Inmortales(la primera, no las horrendas secuelas) Who wants to leave forever?
Un saludo
R.A.
Ay, duele. Si le sostuvo en vida, era lógico que apareciera en la muerte. Pero duele.
ResponderEliminar:) Eres un maestro, en serio que si!
ResponderEliminarBreve, con conflicto, bien resuelto y encima fantástico...
Cuanto me queda por aprender...
Besicos
Una palabra; GENIAL
ResponderEliminarnada mas
saludos y salud
Pensaba que los ángeles no envejecían, pero allí está ella, con sus alas arrugadas por la espera, lo toma de la mano y siguen..
ResponderEliminarBellísimo, Manu
Un beso
BB
Ay por favor, se me arrugó el corazón!!
ResponderEliminarUna genialidad este cuento tan corto que resume un amor eterno en pocos reglones.
Un besito Manu!
Sorry es TO LIVE FOREVER.
ResponderEliminarMe lo corrijas , por fa, si puedes.
Yo he dado por supuesto que se trata de Campanilla y Peter Pan...
Un saludo R.A.
Manu, este relato es precioso. Me ha recordado a otro que escribí hace ya algún tiempo. Los abuelos son tiernos "algunos", ¡como la vida!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Soñar es practicamente lo único que queda en la vejez. Soñar.
ResponderEliminarUn abrazo
¡cuánta ternura! y bien resuelto. Microgran relato.
ResponderEliminarUn beso
Qué bonito, Manu. Creo que hasta me ha entrado una motita en el ojo.
ResponderEliminarQué cuento más triste. Y a la vez qué hermoso lo de los ángeles ancianos
ResponderEliminarPeter Pannnnnnnnnnnnnnnnn
ResponderEliminarBesos
Muy hermoso, con ese final de vuelta de tuerca tan exigente en los buenos microcuentos. Un saludo.
ResponderEliminarMe ha dado un escalofrío...
ResponderEliminarGenial.
Hola Manu:
ResponderEliminarPrecioso relato, Peter, ya ves. Soy narradora y como he hecho en l blog de Belle, te pido permiso para contar alguno de tus relatos. Siempre digo quien es el autor de lo que cuento por supuesto.
Un abrazo
Muy tierno.
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