Mujer tejiendo junto a la ventana. Inesperadamente, entra en la habitación un NIÑO, sosteniendo algo en el hueco de la mano.
NIÑO. Madre, mira qué te traigo.
MADRE. ¿Qué me traes?
NIÑO. Una luz.
MADRE. ¿Dónde estaba?
NIÑO. En la charca, debajo de la luna.
MADRE. ¿Te vio alguien cómo la cogías?
NIÑO. No, nadie.
MADRE. Anda, préndemela pues en el pelo.
Pausa. El NIÑO se alza sobre la punta de los pies y prende la luz en el cabello de la MADRE. Por un instante, la MADRE deja de tejer y sonríe.
Muy bonito. Muy luminoso. Pero echo de menos tus relatos.
ResponderEliminarBesos volados llenos de luz.
Un "Tomeo" en toda regla, con esa mirada tan suya, y esa obsesión minimalista que caracteriza muchos de sus textos.
ResponderEliminarGracias, Manu.
Abrazos.
Gracias, ero como dice Lola, se echa de menos tus textos.
ResponderEliminarBesos desde el aire
La idea es linda, sí, pero... en fin, que esta obsesión por reducir, por recortar, empieza a... en fin, pues vale.
ResponderEliminarFrancamente.
Besos payasos.
Excelente.
ResponderEliminarTomeo es Tomeo, la leche vaya.
ResponderEliminarA mí me parece una miniatura perfecta.