El vecino del 5ºC ha comenzado a utilizar
términos pedantes en sus conversaciones. Cuando coincido con él en el ascensor
habla con palabras como “inefable, meretriz, insoslayable o miccionar”. Hace
una semana, la familia del 2º Derecha empezó a usar expresiones del estilo “en
otro orden de cosas o haciendo un ejercicio de síntesis”, pero peor fue lo de
la anciana que vive con cinco gatos callejeros. Le dio por utilizar latinajos
tipo “ipso facto, o ex aequo"”, todo ello salpicado por citas de
escritores del siglo de oro. Mi madre vino a visitarme por la tarde y por la
noche se fue incluyendo en sus conversaciones muletillas utilizadas de manera
incorrecta, sobre todo “mayormente, inclusive, en base a, o a nivel de”, una
mezcla de pretenciosidad y falta de conocimiento, un híbrido entre un término
altisonante y otro inexistente. Las reuniones de la comunidad resultan
insoportables, y cuando toca mi turno de palabra me miran por encima del hombro
por mi lenguaje sencillo, sin artificios, vocablos clarificadores y sin
cultismos contingentes. “Grosso modo” lo resume con absoluta clarividencia la
indeleble frase del escritor británico Clive Stapes Lewis: “Cualquier necio
puede escribir en lenguaje erudito. La verdadera prueba es el lenguaje corriente”.
Ciertamente, indefectible.
La vacuna para no contagiarse es la verdadera solución. Tan sencillo y obvio y en este caso tan imperceptible.
ResponderEliminarLa ignorancia del uso de las palabras, sólo me deja decir que es brillante, por más trillado que suene...
Saludos
Qué bueno, una comunidad de eruditos. Tipo "Aquí no hay quién viva", digo "coexista". Y que cierto es lo que dices. A veces, cuando uno es joven y escribe, intenta deslumbrar con un lenguaje artificioso, descomunal, fuera de su alcance, que al final acaba deslumbrándole a uno mismo. Quizá sea uno de los errores más comunes. A mí al menos me pasó.
ResponderEliminarAbrazos.
Lo más difícil es decirlo bien y sin artificios.
ResponderEliminarPues es verdad. Dicho de forma llana, eso sí.
ResponderEliminarYa lo decía mi vecina, "a mi me habláis sensillo, ¿la suficie qué?"
PD: Indefectible; Que no puede faltar o dejar de ser. (por si acaso). jajaja
Abrazos
En esa comunidad las conversaciones en el ascensor deben ser de lo más interesantes, jeje
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye Oyasin
Las cuestiones más complejas deben abordarse con palabras sencillas. Saludos
ResponderEliminarEsos vecinos son pedantes, pero por lo menos hablan... porque en mi comunidad ni eso. :-)
ResponderEliminarCuando comenzamos a escribir solemos recurrir a ese lenguaje recargado del que hablas; poco a poco vamos encontrando nuestro propio estilo, e intentamos cargarlo solo de significado.
Un abrazo.
Cierto, para escribir buenos relatos no debe uno perderse en giros de palabras, extrañas expresiones y erudiciones varias. Lo sencillo llega directo. Y qué difícil resulta!
ResponderEliminarUn abrazo
Ja ja ja, me encantaría asistir a una de esas reuniones de vecinos.
ResponderEliminarMe acerco hasta aquí para dejar lo que es el comentario.
ResponderEliminarTal como apunta Ángeles, lo sencillo llega directo y para llegar a ese punto se necesita trabajo y precisión a la hora de elegir.
Me he divertido mucho con este micro, Don Manu.
Un abrazo,
Decir mucho con poco.
ResponderEliminarEso sí que es un reto.
Si, es posible que así sea -igualmente tengo mis dudas-; es cierto que hay personas que gustan -escritores también- de no ser entendidos por quien no haya leído todos los libros que ellos leyeron para llenar sus textos de mitologías y citas.
ResponderEliminarEs cierto, y como toda postura afectada es desagradable.
Ahora circunscribir la verdadera prueba literaria a un lenguaje corriente -exclusivamente- quizás me parezca una limitación innecesaria; qué cada cual haga su camino.
Afortunadamente, no el de todos es el mismo.
Un fuerte abrazo.
Juan tienes razón, el lenguaje literario no tienen por qué ser corriente ni pobre, ni mucho menos. En cualquier caso, la mayoría habéis entendido este micro que es una crítica a la pose erudita de algunos escritores, y en realidad no es más que un texto en el que todos los vecinos de una comunidad comienzan a hablar de manera pedante, como esa gente que no habla bien y para camuflar sus carencias de vocabulario y expresivas utilizan continuamente expresiones tipo "inclusive" o "en base a", o citas, o latinajos. Me he topado con unos cuantos. Eso sí, en Literatura, sobre todo al principio, todos hacemos lo mismo, se trata de una táctica muy vieja, disimular las carencias con el camuflaje de la exageración. Lo difícil es escribir sencillo, como Gamoneda o Lorca, eso sí que tiene mérito.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con la cita. Cretinos los hay a patadas.
ResponderEliminarComo aquel portero del edificio de un conocido que, cuando la madre de éste le dejó el encargo de pagar al butanero porque ella tenía que salir, él le dijo: "No se preocupe que yo me inhibo de todo".
Abrazos excelsos.
A mí me parece que el narrador, a lo largo del texto, se va contagiando y hasta en su crítica utiliza un registro muy pallá, ¿no? Me parece un micro muy irónico y controvertido.
ResponderEliminarAbrazos
Me gusta esa cita, y el peso que encierran esas palabras; escribir disfrazando las palabras para que no dejen traslucir como somos de verdad no me seduce. Prefiero reconocerme entre lo que escribo.
ResponderEliminarUn abrazo
Plasmas, una vez más, la vida misma. Había una escena de la película "Airbag" (toda obra de ficción deja detalles) en la que el que conducía tenía que aparcar y lo hacía con derrapes, giros y de manera muy espectacular. Al salir, el compañero le decía "no son formas, son alardes", y creo que eso es lo que se suele hacer, sobre todo al principio, maquillar las carencias con fuegos artificiales. A mis alumnos les invito a leer a Azorín o a Paul Auster, sencillos (que no simples). También el gran Juan Ramón Giménez (sí, le pongo la jota con ge, como venganza) lo dejo dicho:
ResponderEliminarVino primero pura,
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando sin saberlo.
Llegó a ser una reina
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de hiel y sin sentido!
Mas se fue desnudando
y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica
y apareció desnuda toda.
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
La palabra nos logra comunicar, pero esos vecinos la gastan como una tienda de ropa de diseño.
ResponderEliminarDivertido, original y sumamente realista. ¿Es para ese concursillo de los pisos? , ji,ji.
ResponderEliminar¡Por lo menos esa comunidad me parece de lo más divertida, y obliga a una sonrisa maliciosa cada vez que uno de los vecinos abre la boca!.
Puede que esa comunidad sea símbolo de otros lenguajes en los que la sencillez brilla por su ausencia y cuando te dicen que "te mueres"...casi, casi... debes llamar a tu abogado para ver si te lo traduce ...y entonces .... al psicologo. ¡Una paranoia!.
Felicidades por este texto.
Yo te lo digo de una forma muy sencilla: me ha parecido muy divertido.
ResponderEliminarBesitos
Pues mira, aunque al final entendí a lo que iba el texto, yo lo he relacionado con otra cosa. Ahora todo el mundo sabe economía, derecho, educación... los políticos han acercado a riesgo, su prima, el déficit y demás a la calle, y ahora que hablamos de cosas que no entendemos, lo mejor es hacerlo con su propio lenguaje, erudito pero vacío.
ResponderEliminarPor ahí lo pillé yo. Me imagino así a la portera "indefectiblemente, el déficit no es como se le había venido a llamar"
Abrazos