—…por este motivo he decidido quitarme lo poco que
me queda vida, espero que sepáis perdonarme, queridos ijos —susurraba nuestro
padre en la despedida que dejó grabada en el contestador automático.—Papá nunca
hablaba con faltas de ortografía —le dije a mi hermano. —No sé de qué me ablas
—respondió esquivándome la mirada.
Qué bueno.
ResponderEliminarSólo Colombo sabía distinguir esos detalles.
Saludos.
Los genes y los silencios; qué combinación,
ResponderEliminarUn abrazo.
Tengo agarrado el bolígrafo rojo... corregir es una deformación profesional. Saludos
ResponderEliminarMuy bueno Manu. Has devuelto a la muda todo el protagonismo que siempre le robamos. Vaya paradoja que nadie te pronuncie jamás. En el mundo real, me temo, también suceden cosas así.
ResponderEliminarBuen fin de semana, abrazos.
Qué genial!!! Ja, ja ¿cuándo se te ocurrió? Yo ya iba dispuesta a corregir. Si es que le sacas partido a todo.
ResponderEliminarBesos
Le pilló, ya no se puede una fiar ni de un contestador automático...
ResponderEliminarJa, ja. Muy bueno, me ha gustado.
Yo no he entendido nada. Es que estoy sordo.
ResponderEliminarPerdón.
Abrazos mudos
Me encanta la pieza, Manu. Nuestra "(h)abla" nos delata como pocas cosas, absolutamente de acuerdo.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Abrazos
Manu, que perspicaz ese oído. Yo también me he dado cuenta que la gente va dejándose letras por ahí, pero de la H aún no había oído noticias.
ResponderEliminarMuy original.
Un abrazo mudo.
Buenísimo. Hay que ver qué delatora es, qué puñaladas traperas reparte su silencio.
ResponderEliminarManu, no dejas de sorprenderme, eres de lo que no ay (perdón, que no se que pasa con el teclado). El micro es simplemente genial, todos caemos en la primea omisión, nos sacas la sonrisa en la segunda, y nos rematas con el final.
ResponderEliminarCuando sea grande seré como tú...
(un abrazo a tu amiga Isabel Gonzalez, Manu, que no me votó...)
Un abrazo
Lo malo de Internet es que uno siempre ojea y no hojea (antes uno podía hacer ambas a la vez). Ah, la hache, y sobre todo su antecesora latina, la efe, siempre son fuentes de noticias.
ResponderEliminarMe autopromociono con mi visión sobre ella: http://cazadoresdeintervalos.blogspot.com/2012/01/harpo-marx.html
Eres un genio, el título, de antología. Digno del mejor género negro. Un abrazo.
ResponderEliminarJa ja ja, me ha recordado a un relato de Alejandra Pizarnik. Muy bueno.
ResponderEliminar¡Clap, clap, clap! ¡Grande, muy grande, Don Manu!
ResponderEliminarLa muda no habló, delató que es casi lo mismo pero no es igual.
Me voy con la sonrisa puesta.
Un abrazo.
Jajaja. Pero qué bueno!!! La H delatora...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Seguro que todo empezó con un suspenso en Lengua. Muy bueno disfrutar de tus textos
ResponderEliminarBueno, si oyeras a alguien de mi pueblo preguntando ¿qué jaces), no te sorprendería que la muda hablara jondo.
ResponderEliminarAbrazos chillones.
Buenísimo, Manu. Esa muda delata y provoca la sonrisa.
ResponderEliminarBesitos
Es tremendo. Mira que me gustó pero vi ese error, joder, si la "h" no suena, hubiera sido mejor que Manu alterara otra palabra, pero claro al retornar al título (que tantas veces se me olvida), se desmonta mi argumento. Y aparte de este jugar con el lector, el relato en sí, aún descubre que la muerte del padre no fue casual, y quien grabó el mensaje.
ResponderEliminarAplausos.
Ijo de tal.
ResponderEliminarQué crack eres, Manu, no dejas de sorprenderme, tus micros deberían ser objeto de estudio del género. Abrazos entusiasmados.
ResponderEliminarJejejeje... Pero es verdad que hay gente que hablamos con faltas de ortografía
ResponderEliminarLa belleza mágica de lo absurdo.
ResponderEliminarGenial tu micro