El paisajista no estaba inspirado. Cogió la goma de borrar y la pasó por los árboles del río. Luego eliminó el agua y las flores rojas de la ribera, la hierba, los rayos del sol, las nubes deshilachadas y el azul eléctrico del cielo. Tras suprimir el caballete y demás útiles de pintura, el artista se vio solo en medio de la nada. Entonces comenzó a borrarse a sí mismo por los pies, de abajo arriba. Primero desaparecieron sus extremidades inferiores, luego el tronco, los brazos, el cuello y la cabeza. Su mano derecha tamborileó los dedos, reflexiva y solitaria. Soltó la goma y comenzó a deambular desesperada, arrepentida, buscando un lapicero. Pero sólo quedaba el blanco. Un blanco perfecto. Cegador y flamígero. Reluciente y eterno.
Excálibur sigue oxidada en la roca esperando a que alguien se decida a sacarla, pero la gente pasa de largo...
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4/01/2010
SUICIDIO CREATIVO
El paisajista no estaba inspirado. Cogió la goma de borrar y la pasó por los árboles del río. Luego eliminó el agua y las flores rojas de la ribera, la hierba, los rayos del sol, las nubes deshilachadas y el azul eléctrico del cielo. Tras suprimir el caballete y demás útiles de pintura, el artista se vio solo en medio de la nada. Entonces comenzó a borrarse a sí mismo por los pies, de abajo arriba. Primero desaparecieron sus extremidades inferiores, luego el tronco, los brazos, el cuello y la cabeza. Su mano derecha tamborileó los dedos, reflexiva y solitaria. Soltó la goma y comenzó a deambular desesperada, arrepentida, buscando un lapicero. Pero sólo quedaba el blanco. Un blanco perfecto. Cegador y flamígero. Reluciente y eterno.
Me ha encantado!...(quitaría lo del blanco del infierno, porque me gusta más que termine en reluciente y eterno.)
ResponderEliminarAdemás, es que son estupendas las gomas de Milán!
Besotes
Me gustó, Manu. Creo que me voy a enganchar a estos más fantásticos e irreales. Dan para mucho. Y lo del final en blanco es muy bueno.
ResponderEliminarUn saludo.
La nada.
ResponderEliminarMuy bueno, una idea genial. ¿Qué dieta sigues para tener tan desarrollado el ingenio? ¡Madre mía...!
ResponderEliminarYo también pienso como Mita, quitaría lo del infierno. Creo que ese blanco cegador y la nada es tan aterrador que es suficiente para que cada lector haga su propia interpretación sin necesidad de que le digas que todo eso es un infierno (idea más limitadora y redundante, en mi opinión).
Un abrazo, Genio.
Creo que a mí me gusta también más sin el blanco del infierno. Es sólo una opinión.
ResponderEliminarUn saludo indio
Muy bueno, lei loas entradas anteriores y me encanta como escribis :)
ResponderEliminarBesos
El blanco del papel, un infierno, cuando no estás inspirado
ResponderEliminarMe encanta como escribis, Soy muy bueno.
ResponderEliminarMe encanto tu blog
besos :)
Muy bueno. A mí, a veces, me gustaría borrarme del todo. Hace una hora más o menos hubiera necesitado una gomita.
ResponderEliminarUn beso
Yo diría, el blanco de la nada, del no ser...
ResponderEliminarLo bordaste, chiquillo!
Besos
BB
Muy bueno.
ResponderEliminarMenos mal que no le dio por el tipex;)
Besos, Manu.
Precioso relato y a la vez, aterrador.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, ¡pero bueno, eso no es nuevo!
Besicos muchos.
Me gusta que el infierno se vea como un blanco eterno, en el que TODO ha sido borrado. Me resulta un micro aterrador, Manu.
ResponderEliminarMe gusta que el infierno aparezca como una blanco eterno, en el que TODO se ha borrado. Me parece un micro aterrador, Manu.
ResponderEliminarEh, oye, "ribera".
ResponderEliminarPor lo demás, perfecto: me trajo imágenes del nobody man del submarino amarillo.
(¡Hace tanto tiempo! Probablemente tú no habías nacido)
Me gustó Manuel, muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminarSiempre eres un maestro, pero es que ahora hasta me sirves de inspiración, qué jodío...
ResponderEliminarBesicos
Estos días que están los físicos al encuentro de la partícula (o lo que sea) primigenia, antes del chispazo inicial. Vienes tú y lo solucionas con este relato. La nada existiendo por eliminación. El creador borrandose a si mismo. Tras esto nada que objetar: Nada. Un saludo
ResponderEliminara mi me gustó sobe todo la idea, son temas siempre sugerentes que enganchan pronto al lector.
ResponderEliminarQuizá el cerrarlo con tantos adjetivos, me trasladó demasiado a la poesía y no tanto al microrrelato como género.
7.5
El microrrelato es un género tan sugerente y plástico, que no importa que roce sus bordes con la poesía.
ResponderEliminarBuen texto. Saludos.
Hola querido amigo blog.
ResponderEliminarTe invitamos a un blog único para blogs:
Duelos de Poesía
Ven y vota por tu Doncella o Caballero favorito.
Saludos y Gracias
Los Caballeros de la Dama de Cristal
A veces la pasión nos lleva a caminos sin retorno.
ResponderEliminarMe gustó mucho Manu, pero mucho. Y eso que el final...
Un abrazo
Qué agobio, es como una pesadilla, historias para no dormir. Un beso.
ResponderEliminarQue me gustó mucho, eh?
Algo parecido a esto, me ha pasado de comenzar a borrar un escrito porque en su momento no me gustaba y cuando me he querido dar cuenta lo había dejado reducido al título, y aun así éste era flojo
ResponderEliminarEl blanco, la pureza.
ResponderEliminarMe gusta, como siempre, como siempre.
También hay infiernos blancos...
ResponderEliminarYo siempre he defendido que los finales son de color blanco, y no negro, como la tradición catolólica parece habernos hecho creer.
ResponderEliminarTu relato me da la razón.
Qué gran cuento, Manu, quisiera decir algo más interesante, pero sólo me salen halagos.
ResponderEliminarAsí ha estado mi creatividad durante algunos meses... ¡borrada!
ResponderEliminarAbrazos
Muy bueno este Manu. Gran microrrelato! Un abrazo
ResponderEliminarFantástico, aunque suene manido. Es lo que me provoca. :)
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